“No alcanzan las palabras de la superficie
para describir esta profundidad”
Viaje al centro de la Tierra
Se descascara a veces, la piel de las palabras.
Se desprende el hollejo.
Y claro… asistimos entonces a un proceso extraño.
Nada de desnudez… nada de sutilezas, hay en ello.
¡Ni siquiera hueso…!
Y es que solo hay cáscaras bajo la cáscara.
Y es que solo hay piel, bajo la piel.
Algo así como una luna oscura.
Una cebolla que desarmamos capa a capa.
Hombres llorando en torno a un ataúd vacío.
Así, a veces esperamos en vano.
Y es que no hay muerte, digamos.
No para las palabras, al menos.
Con todo, frente a la casa en que habitamos,
se pasea un cortejo fúnebre.
Los vecinos se asustan.
Los perros ladran.
Se crea un silencio incómodo.
…
¿Y si se quedasen así, frente al viento…?
¿Qué pasa si se les vuela algún sonido?
…
Es decir… no me digan que no ocurre.
Y es que como decía:
Se descascara a veces, la piel de las palabras.
Una y otra vez se descascara.
Una y otra vez, decía.
Una y otra.
…
¡Qué pena…!
Al fondo hay algo…
No se alcanza a ver
si está vivo.
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