“Mis pensamientos están contentos.
Solo me da pena saber que están contentos
porque, si no lo supiera,
en vez de estar contentos y tristes
estarían alegres y contentos”
A.C. (F.P.)
Soñé que era el musgo de toda la Tierra.
El musgo que nacía en cada parte de la Tierra.
Un musgo húmedo y pequeño y tan vivo…
¡No sabía que pudiera vivirse tanto!
Y es que soñé que estaba de acuerdo con todo lo vivo…
Es decir… no podía, viviendo así, estar en desacuerdo.
Era como comprender un secreto que todos compartían:
La vida verdadera no cuestiona la vida.
Y toda vida es verdadera.
Así, mientras era el musgo que nacía en toda la Tierra.
Era también, de alguna forma, el agua corriendo en todas direcciones.
Y era el árbol y su piel llena de hormigas que reían.
Y era también un corazón enamorándose.
Entonces, quise observar por mis millones de ojos.
Pero los ojos eran también corazones.
Y por ser también corazones, no sabían mirar sin amar todo lo vivo.
Así, hasta el sol era un regalo...
Y si te fijabas, incluso las aves cantaban para ti.
¡Y es que no sabía que pudiera vivirse tanto!
Es decir, tenía vida de la misma forma en que las flores tienen olor.
Y claro… los ojos recogían belleza, sin darse cuenta.
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