“El recuerdo es una traición a la Naturaleza
porque la Naturaleza de ayer no es
Naturaleza”
Alberto Caeiro.
Como no cambiamos piel
resulta una contradicción
albergar toda una serie de recuerdos.
Esto, ya que los recuerdos
suelen transformar ciertos acontecimientos
en algo tan lejano a la verdad
que acostumbramos aceptarlos
casi como construcciones propias.
Así, sucede que vamos desenterrando muertos
y maquillándolos
y llevándolos, incluso, a la mesa…
y es que estar con ellos supone,
una sensación de alivio,
un saberse vivo por descarte,
podríamos decir,
o quizá,
hasta podríamos entender que funcionan,
en nosotros,
como un soporte plástico
del mundo.
Por suerte,
llega entonces la piel, que te señala
que es de un material distinto
cada fracción de tus recuerdos,
e incluso,
te demuestra fácilmente que no existe
verdad
en la memoria
y que todo es camino
y pasar
y realidad punzante
en el ahora.
Y claro,
quizá es por eso que el desgaste
de la piel,
duele de una forma distinta
que el desgaste del tiempo…
y hasta es más difícil de aceptar,
entonces,
que eres tú y no el camino
el que no permanece.
Renovamos entonces el auto
y compramos accesorios
y hasta estiramos la piel,
pero ni la verdad
ni la existencia es heredable
de un momento para otro.
Así, finalmente,
nos negamos a morir
y nos contradecimos:
No se puede recordar la Naturaleza,
decimos,
pero creemos que observamos el mismo sol
cada mañana.
No sé hasta qué punto puede ser la naturaleza según la época una contradición del proyecto que somos al catapultarlo al tiempo que vivimos, si somos de esa esencia y hemos recogido en el avance todo lo que ahora nos supones una verdad que nos resuelve o quizá podemos controlar por haber madurado. Esa piel es la misma, menos delicada, más curtida, sensata y aguantadora. Un saludo Poeta.
ResponderEliminarSaludos...
ResponderEliminarA veces me parece que dialogamos... (sí es cierto, a veces se da uno mucha importancia)
ResponderEliminarsip (x2) Saludos.
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