-¿Tienes la vida que mereces?
-¿Cómo…?
-Te pregunto si tienes la vida que mereces.
-Pero… ¿me lo preguntas en mala o en buena?
-Eso da lo mismo…
-¿Acaso te enojaste porque critico mucho…?
-No. Tómalo como una pregunta, nada más…
-No te creo. Te enojaste. Crees que me quejo mucho
y ahora quieres devolverme todo dando a entender que la culpa es mía…
-No es así… No elaboro tanto… solo te pregunté si
crees que tienes la vida que te mereces, nada más.
-¿Nada más? Te parece poco preguntar por el merecimiento de la vida…
-No es el merecimiento de la vida… es más simple…
-¿Acaso te lo has preguntado tú?
-¿Qué cosa…?
-Eso… lo que decías antes…
-¿Lo que te pregunté a ti?
-Sí.
-Pues claro… no es nada terrible…
-¿Y?
-¿Y qué?
-¿Qué te respondiste…? ¿Tienes tú la vida que te mereces?
-Pues sí, creo que sí… aunque no me merezco mucho, claro…
-Mmm…
-¿Qué pasa…?
-Nada…
-¿Estás pensando en tu respuesta?
-No… No es eso.
-¿Y entonces?
-No sé… de pronto me acordaba de una pelea que vi una vez entre un
hombre y un oso…
-¿Una pelea…?
-Sí… aunque quizá era una especie de farsa… Se trataba de un luchador
de lucha libre contra un oso al que le habían puesto una capa… la vi por
televisión…
-¿Hicieron ganar al luchador?
-No recuerdo bien… pero si me acuerdo que los comentaristas repetían
que eran luchadores que no se merecían… Ninguno de los dos merece esto, creo
que decían…
-¿No te lo estás inventando?
-No… quizá era una pelea sin importancia, un chiste… no sé… pero supongo
que tiene que ver con eso de la vida que nos merecemos…
-¿Y qué pasa con eso…? Volviendo al tema, me refiero…
-¿A qué tema?
-A la pregunta que inició esto… ¿tienes la vida que te mereces…? Creo
que no respondiste, finalmente.
-Y no voy a hacerlo.
-¿Por qué no? ¿No sabes lo que te mereces…?
-No. Lo que no sé es la vida que tengo…
-…
-¿Sabes…? A veces me siento como aquel oso, con capa… Ese es el
problema.
-¿Y por eso no puedes contestar?
-Pues sí… Por eso y porque no sé.
-Y el oso, a todo esto… ¿Crees que merecía estar en esa pelea…?
-¿El oso?
-Sí.
-Quizá… Aunque igualito que uno en la vida, nada más… Ya sabes… tampoco
nos preguntaron.
-Mmm…
-¿Vas a seguir preguntando?
-No. Si no quieres responder, no…
-Pues la verdad es que no quiero.
-Está bien. Si quieres lo dejamos hasta ahí…
-Ok. Hasta ahí.
-…
-…
-¿No se te ocurre alguna otra cosa de qué hablar?
-Mmm…. Pues no. Sinceramente no.
-Pues ese es el silencio que merecemos, entonces…
-Tú lo has dicho.
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