Todos son Batman.
Al menos eso ocurre en una edición extraña que encontré
hoy escarbando en una tienda de libros usados.
Es decir, abro las primeras páginas y eso es lo
único que observo: una ciudad donde todos son Batman: niños, jóvenes, ancianos…
Todos enmascarados y en un mundo donde todo es también un poco más oscuro,
aunque funciona sin ningún sobresalto.
Y claro… avanzo en el cómic buscando una variación
en la trama, la aparición de algo que produzca el desequilibrio y dé inicio a la
historia… pero nada.
Así, la trama parece reducirse a la repetición rutinaria
de una serie de hechos que incluyen visitas al sótano, rondas nocturnas
buscando algún disturbio y el funcionamiento normal de una ciudad, al mismo
tiempo.
Con todo, existe algo agobiante en el cómic. Una
sensación que no nace necesariamente de la rutina ni de las acciones
repetitivas y algo absurdas que reinan en cada una de las viñetas, aunque se
encuentra presente, al mismo tiempo,
en cada una de ellas.
De esta forma, se me hizo imposible dejar a un lado
el cómic… De hecho, me senté en un rincón de la tienda y me detuve en cada una
de las imágenes, que por lo demás tenían un acabado notable, aparentemente con
colores al agua, y tintas suaves...
Páginas y páginas de Batmans trabajando en
oficinas, o como dueñas de casa, o de estudiantes… Páginas donde aparentemente
nada fuera de lo habitual parece ocurrir… Páginas –al menos 12, según
recuerdo-, donde se mostraban finalmente decenas de Batmans de distintas edades
durmiendo… bajo máscaras… transmitiendo una sensación extraña…
¡Todo un hallazgo…!
Así, resultó que tuve que dejar el libro que en principio
iba a comprar, y llevarme aquel cómic...
Ya en casa, finalmente, me atreví a mirar el final
de aquella historia. En él, un niño enmascarado parece sonreír, mientras duerme,
bajo la máscara.
Con todo, si nos fijamos bien, el niño tiene un poco
de maquillaje, agrandando su sonrisa, como si se tratase de un payaso…
¿Todos son Batman?, me pregunto entonces.
Y bueno, mientras me contesto, imagino también un
mundo donde todos están, cerca de la medianoche, escribiendo algunas palabras
en una página en blanco.
¿Todos son Vian, entonces, de esta forma…?
Mmm… pues espero sinceramente que no…
Así, finalmente, guardé la revista junto a otras de animación y me dispuse a terminar el día un poco antes de lo habitual.
Todo sea por un sueño reparador, me dije.
Y lo intenté.
No compraría este comic.
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