lunes, 14 de noviembre de 2011

¡¿Y qué...?!

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¿Es muy maricón decir que envidio la sensación de ser la mujer que lleva King-Kong en una de sus manos mientras sube un edificio…?

No digo que tenga que usar el vestido blanco ni depilarme las piernas, ni que tenga que haber un aire romántico en todo eso, pero no creen que sería linda esa sensación… ir seguro, me refiero, en una mano gigante y acolchada como para descasar un poco de aquello que nos desgasta.

Porque vivir desgasta, no tiene sentido negarlo. Sobre todo vivir de la forma en que creemos correcta, y cuestionarnos como mejorar algunas cosas, cuando fallamos…

Y es que eso siento en estos días, agotado un poco internamente porque… bueno… no importa… pero agotado…

¿No sería lindo entonces poder descansar en esa mano… estar seguro aunque nos bombardeen por todas partes y el mundo nos persiga y sintamos que quieren derribarnos…?

Dormir incluso, en aquel lugar… ¡se imaginan…! ¿Qué se soñará al dormir en esa mano…? ¿Habrá alguien que despierte cansado o que haya tenido un mal sueño luego de semejante experiencia?

Y es que uno debiese poder exigir aquello, pienso yo… Su propio Kong, me refiero. Ese que te lleve hasta lo alto para mostrarte el mundo y a la vez te proteja y hasta dé la vida por aquello.

Nada de Jehovás, ni de Mahomas… Un Kong. Un animal silencioso y gigante en cuya mano puedas descansar en plena vida y que de una forma secreta ordene de a poquito lo que aquí sucede… Es decir, un Kong que sostenga nuestro universo, a fin de cuentas… y que renueve confianzas sobre el sentido de las cosas…

Y sí… díganme maricón si quieren, pero no me nieguen que sería lindo... Y no me digan que no sería justo para aquellos a quien la vida ha golpeado más duro.

No me digan que ellos, al menos, no se lo merecen…

Un Kong… uno solo, para cuando la vida más nos duele y necesitamos un descanso.

Un Kong, solamente, decía… y ser también un Kong, si se puede, para los otros.


4 comentarios:

  1. ¡ Estas realmente agotado Kong ¡
    Duerme, duerme
    ............. y descansa.

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  2. ¿Y que haremos cuando nuestro Kong caiga de un rascacielos porque ya no aguanta mas?, ¿quien nos protegerá?

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  3. Kong solo se cae cuando dudamos... y bueno, suponiendo que entró la duda y que se cae... su propia caída nos protege. Por otro lado, además, ya habremos visto cómo era realmente el mundo, y será tiempo entonces de nuestro propio crecimiento.

    Y sí, estoy cansado, Silvia... y gracias nuevamente por las lecturas Neo.

    Que estén bien.

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