Ellas conversan de cualquier cosa. Pero entre una frase y otra parecen nacer verdades. No importa que las frases sean rígidas, o secas… las verdades aparecen igual, como las flores entre el pavimento, por dar una imagen reiterada.
-Pero en el fondo estarás contenta –dice la mayor.
-¿Qué significa en el fondo?
-En el fondo de ti misma, tonta…
Entonces la pequeña queda mirando hacia algún sitio. Quizá hacia el fondo. O buscándolo, al menos.
Y claro… yo podría mentir e inventar una larga conversación. Reflexiones sobre el fondo. Dónde está, o cómo podemos saber que realmente es el fondo y no hay otro, luego de ese… o jugar a preguntar quién vive en el fondo, realmente… Si es el mismo yo que vive afuera y si serán ciertas las sensaciones que él tiene, o cosas de ese tipo.
Podría así escribir una historia tierna, avanzar y sumergir a esa niña en sí misma para ver si es cierto eso de que está contenta y convertirla en la heroína de esa búsqueda… pero algo habría en eso que no sería cierto.
Y no quiero mentir.
Porque mentir me agota.
Y hasta duele.
En cambio, me quedo un rato junto a ellas y las veo jugar con el celular. Hablar sobre una amiga que va al recital de Britney Spears y luego volver a quedarse en silencio
Entonces una de ellas saca una corona de lentejuelas y se la pone en la cabeza.
Yo podría entonces jugar y decir que ella es toda una princesa.
Pero se trata solo de una niña que se ha puesto una corona.
Es entonces cuando me pongo a pensar cuál es realmente la verdad que aparece entre frase y frase de estas niñas.
Porque busco esa verdad. Créanme que la busco.
Y es que una historia sin esa verdad termina siendo nada. O casi nada.
Así, finalmente, las niñas se van y yo me quedo.
Usted me lee y yo me quedo.
Y claro: en el fondo estarás contenta -o contento-, te dicen.
Pero sabes que no es cierto.
-Pero en el fondo estarás contenta –dice la mayor.
-¿Qué significa en el fondo?
-En el fondo de ti misma, tonta…
Entonces la pequeña queda mirando hacia algún sitio. Quizá hacia el fondo. O buscándolo, al menos.
Y claro… yo podría mentir e inventar una larga conversación. Reflexiones sobre el fondo. Dónde está, o cómo podemos saber que realmente es el fondo y no hay otro, luego de ese… o jugar a preguntar quién vive en el fondo, realmente… Si es el mismo yo que vive afuera y si serán ciertas las sensaciones que él tiene, o cosas de ese tipo.
Podría así escribir una historia tierna, avanzar y sumergir a esa niña en sí misma para ver si es cierto eso de que está contenta y convertirla en la heroína de esa búsqueda… pero algo habría en eso que no sería cierto.
Y no quiero mentir.
Porque mentir me agota.
Y hasta duele.
En cambio, me quedo un rato junto a ellas y las veo jugar con el celular. Hablar sobre una amiga que va al recital de Britney Spears y luego volver a quedarse en silencio
Entonces una de ellas saca una corona de lentejuelas y se la pone en la cabeza.
Yo podría entonces jugar y decir que ella es toda una princesa.
Pero se trata solo de una niña que se ha puesto una corona.
Es entonces cuando me pongo a pensar cuál es realmente la verdad que aparece entre frase y frase de estas niñas.
Porque busco esa verdad. Créanme que la busco.
Y es que una historia sin esa verdad termina siendo nada. O casi nada.
Así, finalmente, las niñas se van y yo me quedo.
Usted me lee y yo me quedo.
Y claro: en el fondo estarás contenta -o contento-, te dicen.
Pero sabes que no es cierto.
¿qué es el juego sino un intento de representar una realidad imaginada?...la verdad, es que el vivir tienen mucho del jugar...en el fondo, es la misma cosa.
ResponderEliminarUn abrazo