-Nunca consigo nada en que no crea profundamente –me dijo.
Yo la escuchaba hablar, pero desconfiaba justamente pues sentía que ella creía poco en sus palabras.
-Puede sonar a conformismo –continuó-, o a excusas que se da una para justificar nuestros fracasos, pero lo cierto es que cuando realmente he creído en algo, aquello termina funcionando tal y como yo quiero, sin oponer resistencia…
-Mmm…
-¿Por qué “mmm”…? ¿No me cree?
-No es eso… -intenté explicar-, puede que sea verdad lo que dices, pero siento que la dices sin creer en ella.
-¿Qué digo la verdad sin creer en la verdad?
-Sí…
-¿Y de que sirve creer o no creer si de todas formas es verdad? ¿Acaso creer no resulta al final algo superfluo?
-Mmm… no, no creo. Mira… imagínate un vagabundo que se convierte en millonario…
-¿Para qué?
-Solo imagínatelo… Piensa que encuentra un día una maleta llena de euros, pero el vagabundo piensa que es dinero falso, o de juguete… ¿no sería acaso para él más importante creer en ese dinero que la verdad del hecho de encontrarlo…?
-Puede ser… pero no me refiero a eso. Yo no hablo de la verdad de los hechos, sino de la verdad, a solas…
-La verdad no existe fuera de los hechos –le dije entonces.
Ella se agachó entonces para recoger algo del suelo y pareció recordar algo.
-¿Sabes? –me dijo-, hubo un tiempo que fui scout, y que intentaron convencerme para que me hiciera cargo de un grupo, pero al final, no resultaba ser yo alguien confiable…
-¿Por qué?
-Porque olvidaba todo… los nudos, las recomendaciones… las cosas serias, en el fondo. Y claro, no soy de las que ponen atención, y menos si voy al bosque. Por ejemplo, con las setas venenosas… siempre las confundo y termino comiendo justo esas, y después muero…
-Pero si estás viva…
-Ah, sí… ja,ja,ja es que exagero un poco… pero supongo que se entiende a lo que quiero llegar…
-Pues no estoy seguro… en un momento incluso, con lo de la muerte, pensé que te referías a la reencarnación, o algo así…
-Para nada, la idea de la reencarnación me desagrada incluso…
-¿Por qué?
-Porque nos lleva a la irresponsabilidad… es decir, somos responsables de una vida, de varias no…
-Mmm…
-¿“Mmm” nuevamente…? ¿Puedo saber qué es lo que te enoja?
-No me enojo, ya te dije… pero es que no logro entender de buena forma qué es lo que me estás diciendo…
-¿Y te molestas entonces porque te hago perder el tiempo?
-No… sinceramente no… Además existen mil formas de perder el tiempo… esta no tiene por qué ser peor que otra…
-Sí… no te preocupes por eso y has como yo, que en el fondo estoy alegre…
-…
-Lo que pasa es que el otro día me encontré con Rosine…
-¿Es un antidepresivo?
-Ja, ja, ja… no, es una persona… de hecho es una persona en extremo triste, pero me alegra.
-¿Y por qué está triste?
-¿Cómo?
-¿Qué por qué Rosine está triste?
-Eh… no sé… pero son años, o sea ella es así…
-¿Y nunca han averiguado por qué?
-Eh… no, pero es que eso nos desvía de tema además… y luego ya no puede clasificarse.
-¿Clasificarle?
-Sí, para guardar todo y poder contarles a los otros de qué hablamos, por ejemplo.
-¿Y podrías decir tú acaso, de qué hablamos?
-¿Cómo? ¿De qué hablamos recién…?
-Sí, ¿podrías hacerlo?
-Eh, creo que no…
-¿Y no tomas eso como un fracaso o algo así? –le pregunto algo molesto.
-Pues la verdad es que no –me dice ella, finalmente-. Además, ya te lo dije en un inicio.
-¿Qué cosa?
-Que nunca consigo nada de aquello en que no creo profundamente.
-Esa es tu justificación entonces.
-No… Esa es la verdad, más allá de que tú me creas o no, según tu conveniencia.
(...)
Yo la escuchaba hablar, pero desconfiaba justamente pues sentía que ella creía poco en sus palabras.
-Puede sonar a conformismo –continuó-, o a excusas que se da una para justificar nuestros fracasos, pero lo cierto es que cuando realmente he creído en algo, aquello termina funcionando tal y como yo quiero, sin oponer resistencia…
-Mmm…
-¿Por qué “mmm”…? ¿No me cree?
-No es eso… -intenté explicar-, puede que sea verdad lo que dices, pero siento que la dices sin creer en ella.
-¿Qué digo la verdad sin creer en la verdad?
-Sí…
-¿Y de que sirve creer o no creer si de todas formas es verdad? ¿Acaso creer no resulta al final algo superfluo?
-Mmm… no, no creo. Mira… imagínate un vagabundo que se convierte en millonario…
-¿Para qué?
-Solo imagínatelo… Piensa que encuentra un día una maleta llena de euros, pero el vagabundo piensa que es dinero falso, o de juguete… ¿no sería acaso para él más importante creer en ese dinero que la verdad del hecho de encontrarlo…?
-Puede ser… pero no me refiero a eso. Yo no hablo de la verdad de los hechos, sino de la verdad, a solas…
-La verdad no existe fuera de los hechos –le dije entonces.
Ella se agachó entonces para recoger algo del suelo y pareció recordar algo.
-¿Sabes? –me dijo-, hubo un tiempo que fui scout, y que intentaron convencerme para que me hiciera cargo de un grupo, pero al final, no resultaba ser yo alguien confiable…
-¿Por qué?
-Porque olvidaba todo… los nudos, las recomendaciones… las cosas serias, en el fondo. Y claro, no soy de las que ponen atención, y menos si voy al bosque. Por ejemplo, con las setas venenosas… siempre las confundo y termino comiendo justo esas, y después muero…
-Pero si estás viva…
-Ah, sí… ja,ja,ja es que exagero un poco… pero supongo que se entiende a lo que quiero llegar…
-Pues no estoy seguro… en un momento incluso, con lo de la muerte, pensé que te referías a la reencarnación, o algo así…
-Para nada, la idea de la reencarnación me desagrada incluso…
-¿Por qué?
-Porque nos lleva a la irresponsabilidad… es decir, somos responsables de una vida, de varias no…
-Mmm…
-¿“Mmm” nuevamente…? ¿Puedo saber qué es lo que te enoja?
-No me enojo, ya te dije… pero es que no logro entender de buena forma qué es lo que me estás diciendo…
-¿Y te molestas entonces porque te hago perder el tiempo?
-No… sinceramente no… Además existen mil formas de perder el tiempo… esta no tiene por qué ser peor que otra…
-Sí… no te preocupes por eso y has como yo, que en el fondo estoy alegre…
-…
-Lo que pasa es que el otro día me encontré con Rosine…
-¿Es un antidepresivo?
-Ja, ja, ja… no, es una persona… de hecho es una persona en extremo triste, pero me alegra.
-¿Y por qué está triste?
-¿Cómo?
-¿Qué por qué Rosine está triste?
-Eh… no sé… pero son años, o sea ella es así…
-¿Y nunca han averiguado por qué?
-Eh… no, pero es que eso nos desvía de tema además… y luego ya no puede clasificarse.
-¿Clasificarle?
-Sí, para guardar todo y poder contarles a los otros de qué hablamos, por ejemplo.
-¿Y podrías decir tú acaso, de qué hablamos?
-¿Cómo? ¿De qué hablamos recién…?
-Sí, ¿podrías hacerlo?
-Eh, creo que no…
-¿Y no tomas eso como un fracaso o algo así? –le pregunto algo molesto.
-Pues la verdad es que no –me dice ella, finalmente-. Además, ya te lo dije en un inicio.
-¿Qué cosa?
-Que nunca consigo nada de aquello en que no creo profundamente.
-Esa es tu justificación entonces.
-No… Esa es la verdad, más allá de que tú me creas o no, según tu conveniencia.
(...)
...y, es que al verdad no se discute...¿o sí?????
ResponderEliminarUn abrazo.