sábado, 16 de julio de 2011

Pastillas.

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“Las verdades contingentes
y las verdades necesarias
hacen la vida”
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-¿Y realmente sucede eso con las pastillas? –Insistí.

-Realmente. Completamente. Eficientemente –dijo el vendedor recalcando cada una de las palabras-. Usted simplemente toma una de ellas y ya verá como a los pocos minutos cualquier persona con la que hable estará en desacuerdo con todo lo que usted diga, y no le creerán nada…

-Pero y eso… ¿para qué serviría?

-Para muchas cosas, señor, pero principalmente para sentirse único, incomprendido… ¡especial! Piénselo un poco y dígame… ¿cuánto pagaría usted por sentirse realmente distinto a la masa?

-¿Qué masa?

-¡¿Cómo que qué masa…?! ¡La masa, pues hombre…! El montón de gente que vive de forma similar y piensa de forma similar… ¡y hace todo de la misma forma!

-Pero es que hay cosas que deben hacerse de la misma manera… sino no resultarían… Imagínese si yo decidiera dormir con los ojos abiertos, o no sé… cagar de guata, por ejemplo… ¿Cree usted que eso sería útil, por ejemplo, para diferenciarse de los demás?

-¿Quiere decir entonces que no está usted de acuerdo conmigo…?

-Claro que no estoy de acuerdo, y no le veo utilidad a su producto, para ser sincero…

-Eso es simplemente porque yo me tomé una de estas pastillas hace un rato y ya ve el efecto que tienen…

-Eso es absurdo…

-¿No me cree?

-Por supuesto que no…

-Pues ahí tiene usted otra prueba… es más, intente creerme algo, cualquier cosa… y ya verá que le será imposible

-¿Cómo…?

-Pídame usted la opinión sobre algo y ya verá que no podrá estar de acuerdo conmigo, o alguna información, por básica que sea…

-Me niego rotundamente, no empezaré un juego estúpido solo por demostrar que usted es un farsante…

-Pues entonces no pregunte, y simplemente escuche… Mi nombre es Orificio Tubular…

-¿Qué…?

-Que mi nombre es Orificio Tubular… ¿puede usted creerme?

-Por supuesto que no, eso es otra estupidez…

-Lo ve, nuevamente no me cree… ergo, las pastillas funcionan…

-Pero no puede usted comprobarlo…

-Pero si eso estoy haciendo…

-Usted no está haciendo eso, usted…

-¿Lo ve…? Su propio rechazo es el mejor de mis argumentos… Sin embargo, yo puedo demostrarle que mis palabras son ciertas… deje sacar mi carnet…

-¿Para qué?

-Para demostrarle que Orificio Tubular es mi verdadero nombre… Aquí está… ¡Mire…! Orificio Tubular Esmerilado… ¿puede leerlo?

-¡Pero ese es un carnet falsificado…! Si hasta es de cartulina y su foto es un dibujo…

-Esta es una foto real, señor, así salgo yo en las fotos, simplemente…

-Creo que me toma usted por un imbécil…

-Para nada, yo lo tengo a usted la más alta estima y hasta pienso que es usted un ser superior, profundamente excepcional…

-¡¿Me está hueveando…?!

-Para nada señor, como cree, yo solo quería ofrecerle estas pastillas que harán de usted un ser único, alguien…

-¡No me interesan sus pastillas…! ¡¿No entendió…?!

-Sí, entendí, pero no quiero que quede usted de esa forma… después de todo el error es mío al tratar de vender estas pastillas luego de tomarme una… eso es lo malo de no tener un modelo que muestre los efectos… así que está bien que usted se enoje…

-…

-De hecho me arrepiento profundamente de haberle causado estas molestias…

-Pues no se arrepienta, simplemente váyase y…

-No me iré sin antes demostrarle que mis sentimientos son sinceros… mire… ¡rompo las cajas de pastillas…! Mi único elemento de trabajo, solo para demostrarle a usted que estoy realmente acongojado…

-No es necesario… Mire, quizá me ofusqué demasiado, pero no las rompa…

-¡Las rompo…! ¡No quiero causarle esto a nadie más! ¡Las romperé todas…!

-No lo haga… después de todo es su trabajo… mire, hagamos algo, yo le voy a comprar una caja y olvidaremos que discutimos y todo estará en orden…

-No, me niego rotundamente… pero si quiere una caja, se la regalo…

-No, yo puedo pagarla, es su trabajo, recuerde…

-Pero yo lo incomodé, no dejaré que pague usted… insisto…

-No. Deme una. Y así probaré yo mismo y no me sentiré culpable de que pierda usted su mercancía…

-Pero es que yo…

-Nada, tome…

-Pero es que no puedo aceptarlo…

-Puede.

-No… además no tengo vuelto… y con ese billete podría usted pagar 20 de mis cajas… sería injusto…

-No sería injusto… mire, hagamos algo… yo por lo general no tengo dinero, pero ese lo gané apostando por Perú hoy día que no iba de favorito… y bueno…

-No, señor, tome usted una caja de regalo…

-No. Insisto… y para que sea justo, deme usted las 20 cajas…

-Es que se dañaron un poco… como pensaba romperlas… además solo me quedan 18…

-No sé si son 18… yo veo más… pero como sea… tome usted el dinero y guarde silencio…

-Pero...

-No se moleste en hablar, y simplemente despidámonos…

-¿Puedo darle un abrazo?

-No, basta con un apretón de manos.

Y fue así que nos despedimos. Él dobló por la esquina y yo me quedé ahí, con un montón de cajas y con una impresión extraña, pero agradable.

Luego me tomé una pastilla.

Actué correctamente, ¿no creen?

2 comentarios:

  1. jajajajjaa...ese tipo debe ser político...es capaz de ensartar con cualquier cosa a quien le escucha, recibir pago por ello y encima, saludos y agradecimientos! jejeje
    Muy bueno!
    He disfrutado leyendo el texto!

    Saludos.

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