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I.
Todos tenemos
ratas en el subterráneo,
incluso los que no tenemos
siquiera un subterráneo.
No importa si se es Hitler,
Dostoievski, o hasta Gandhi…
lo cierto es que las ratas están ahí,
por debajo,
y se reproducen tan rápidamente
que cuando te das cuenta
ya son plaga.
Ahora bien,
queramos reconocerlo o no,
lo cierto es que las ratas se alimentan,
y al igual que la mayoría de los seres
solo se quedan en un lugar si están a gusto…
es decir,
algo debemos tener que atrae a las ratas
y algo debemos ocultar
en el subterráneo
que les sirva de alimento.
Yo mismo,
para ser sincero,
no creí que tuviese ratas,
pero un día en que quise demostrar
que mi intuición era correcta,
comencé a escarbar bajo mi sombra
y accedí a mi subterráneo.
-¿Quiénes son ustedes? –les pregunté apenas las vi.
-Somos las ratas –me dijeron ellas.
-Pero están en mi propiedad, ustedes no tienen derecho…
-¿Y si hubieses sido tú el que edificaste
sobre nuestra propiedad…?
-Con mayor razón…
sería como una ciudad fundada sobre otra,
o sobre las ruinas de otra…
y lo que queda abajo, poco importa...
-¿Como en Troya? –preguntó una de las ratas.
-Sí, como Troya… o como en todo el mundo
aunque tú no deberías saber esas cosas –dije yo,
y entonces las ratas
volvieron a guardar silencio.
II.
No tiene sentido
intentar exterminar
a las ratas.
Muchos lo intentan,
es cierto,
pero ante el fracaso
simplemente estas acciones
quedan en nada.
Y claro,
vienen entonces otras técnicas
y tal vez termines aislando
de mejor forma
los sonidos que ellas producen…
Y es que poco más puedes lograr
y mucho menos…
las ratas no se van
y el subterráneo es tuyo,
y ambas cosas permanecen.
III.
Hay que aprender
a querer a las ratas.
Después de todo
sus chillidos suelen alertar,
sobre ese espacio perdido
y subterráneo,
del que no teníamos noticia
hasta ese entonces.
Además,
hambrientas,
las ratas acostumbran acabar
con todo lo que se cruza en su camino,
y a veces esto nos deja más livianos,
y nos ahorra el tener que sacar la basura
hasta fuera de nosotros,
como debiésemos hacer
cada cierto tiempo.
Por último,
me gustaría recordar que la tierra se moja
cuando llueve,
pero no necesariamente se hace barro,
es decir,
dejemos que llueva
y queramos la lluvia…
y dejemos a las ratas
existir tranquilas allá abajo,
pues según dicen
todo tiene un sentido
en este mundo…
Quizá un día lo entendamos,
quién sabe…
Meter ratas en el subterráneo y encontrarse con esto.
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ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=GZ3xa8E4JjI&feature=related
ResponderEliminarsaludos.
raimundo, un abrazo, te borro el comentario porque me delatas el otro nombre, gracias por visitar... si busca quizá encuentres algunas referencias de ese tiempo...
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