miércoles, 13 de julio de 2011

La vida no es un cepillo de dientes.

.
Viéndolo desde el lado positivo son más las cosas que comprendo que las que no comprendo. Más las cosas posibles, que las imposibles. Y definitivamente más las cosas que se ofrecen que aquellas que se niegan.

En resumen, debiese estar agradecido.

Y lo estoy.

Sin embargo, hay un problema minúsculo cuya solución no comprendo. Algo similar a una pequeña espina que se clava en un lugar del que no alcanzo a extraerla, por mí mismo, y que incomoda.

Y lo cierto es que a veces me siento falso por seguir de largo y hacer como si no existiera, pero es que realmente no sé bien qué hacer… y no sale sola, por más que pasa el tiempo.

Con todo, hoy no quiero hablar de nada más que no sea aquello. Nada de contar historias, ni diálogos… hoy me concentro en esa espina, solamente, para ver si las palabras sirven, como un bálsamo, y el dolor retrocede, y me hago cargo de un todo, y vuelvo a ser Vian, completamente.

Y es que hay veces en que todos necesitamos un bálsamo, para retornar a lo que somos.

No me digan que ustedes no.

Después de todo, la vida es algo que compartimos, aunque sea íntima y la creamos propia y nos sintamos únicos… y hasta pensemos en ocasiones que el dolor o la alegría es algo que solo se da en torno a uno mismo…

Y es que olvidamos que la vida no es un cepillo de dientes, y que la compartimos todos, aunque no nos guste… o la disfrutemos a veces de una forma equivocada…

Ahora bien... ¿Cuál es mi forma equivocada?

Esta:

Me cuesta increíblemente relacionarme con los demás. Sobre todo con las personas que me son cercanas. Exijo demasiado de quienes amo y siempre he sido propenso a mostrar más afecto y comprensión por personas que apenas conozco…

Sí. Eso. Al menos en resumen.

Y quizá por eso mismo –por tener asuntos sin resolver en lo que se refiere a mis afectos y mi forma de darme a quienes son cercanos-, es que no termino nunca de emprender aquello que siempre he entendido como mi “tarea”. Porque creo que para hacerlo debo terminar de renunciar a cosas que ya perdí. Y duele a veces perder de vista aquello que se aleja de nosotros. Porque cuesta reconocer que estamos solos, entre otras cosas.

Por último, disculpen también si sueno inconexo… Pero créanme que no estoy evadiendo nada y que en el fondo simplemente estoy buscando el bálsamo, del que les hablaba antes…

Y claro… tal como les decía en un inicio, afortunadamente son más las cosas que comprendo, que las que no comprendo, y siguen siendo más las posibilidades, y afortunadamente el mundo está siempre lleno de cosas que se ofrecen…

Es decir -y en resumen-, uno debiese agradecer simplemente…

Así que gracias.

Y un abrazo.



1 comentario:

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales