sábado, 5 de marzo de 2011

La cabeza perdida de Mata Hari, o cómo se da muerte a una mujer hermosa.

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I.
He visto la cabeza perdida de Mata Hari,
la misma que fue embalsamada tras su muerte
y que permaneció hasta los años 50
en el Museo de Criminales de París.

La piel está agrietada,
el pelo
arroja un olor nauseabundo,
y uno de los ojos de cristal
se ha perdido,
por lo que su cuenca se ve vacía
y oscura.

Esto es lo que queda de una mujer hermosame digo,
mientras intento convencerme
que una mujer así
puede morir
como cualquier otra.

De hecho,
eso es lo que dice una y otra vez
el hombre que bebe junto a mí
y que ha venido a vender esta cabeza
como si fuese una prueba fidedigna
de algo
mucho menos fidedigno
y remoto.

Mi padre le pagó a un guardia,
para que se la entregara,

me cuenta,
el Museo estaba cerrando,
o en cambios, no recuerdo,
pero él siempre decía orgulloso
que se gastó todos los ahorros
por comprar esa cabeza.

Luego,
bebiendo como con rabia,
me cuenta que su madre murió
prácticamente en la indigencia
varios años después,
y que su padre se negó a obtener dinero
vendiendo esa cabeza a algún coleccionista
pues parecía, claro está,
más obsesionado por esa cabeza
que por la suya
o la de su propia esposa.

Sin embargo ahora,
el hijo de aquel hombre
bebe conmigo y me cuenta
que busca a alguien para escribir una novela
y que espera ponerse en contacto
con un tipo relacionado con el Museo de la Moda
para vender directamente la cabeza.

Así, mientras intentamos entendernos
en idiomas distintos
se va pasando la hora
hasta que el tipo decide darse una ducha
antes de ir al sector alto de la ciudad
a negociar el precio de aquella reliquia,
que queda a solas conmigo
por unos minutos.


II.
Hola,le digo a la cabeza,
algo borracho.

Yo soy Vian
y al igual que hicieron contigo
me gustaría dar muerte
a una mujer hermosa.

Y no es que me agrade
esto del asesinato,
pero es que la muerte natural
no le viene nunca,
y siento a veces que se me está yendo la vida
en esa espera.

Da lo mismo donde esté,
o qué haga,
o que pierda una extremidad
o su belleza,
pero tengo que matarla
de alguna forma
y lamentablemente no sé
cómo se da muerte
a una mujer hermosa.

¿Y es que sabes Mata?
tengo un hijo hermoso
y un montón de aquello
que los otros llaman bendiciones,
pero siento que el olvido ha resultado ser
una forma de asesinato lenta y dolorosa,
pero sobre todo ineficaz
que es lo que cuenta.


Eso le digo a la cabeza dañada
de la que fue una mujer hermosa,
agrietada, hedionda y sin un ojo,
pero que ahora,
de tanto mirarla
y hablarle,
comienza a parecerme bella
nuevamente.

Así, mientras la observo,
me quedo pensando
que si yo fuera Bukowski
le haría algo a Mata Hari
por el orificio del ojo,
y hasta me gastaría en putas
el dinero de la novela que me dicen
escriba al respecto…

Pero como soy Vian
supongo que seguiré buscando otra forma
de dar muerte
a aquello que extrañamente
se niega a pudrirse
junto con uno,
y opto entonces por un beso en la frente
de la hermosa Mata Hari
y me arranco del lugar
sin dar explicaciones.
.

2 comentarios:

  1. Es graciosa la parte de Bukowski, he pensado en él y el pájaro azul, quizá usted lo deja cantar más. Yo creo que a Mata Hari le gustó más el beso en la frente que lo que hubiese hecho el escritor.

    Y sobre asesinar a la mujer hermosa, a veces guardo la esperanza en que uno ni note la muerte de esos "personajes" y que un día, curiosobendito día, notemos que ha muerto (sólo porque son mortales).

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  2. Oh por dios! Que post más espectacular! Me encantó

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