viernes, 11 de marzo de 2011

Ella era como un ringtone.

.
Ella era como un ringtone,
es decir,
ella era algo así como un anuncio,
o una estrella de Belén sobre un pesebre
donde alguien daba a luz
o abortaba
sin tener más
que esas dos alternativas.
.
Entonces,
justo cuando ella
hacía acto de presencia,
y su existencia se mostraba
a nuestros ojos
como algo necesario
y digno de atención,
una ráfaga de algo
nos recordaba que ella no era el mensaje
sino el anuncio de algo
que estaba por venir.
.
Sin embargo,
ocurría a veces
que ese algo que debía venir
no llegaba nunca,
y uno se veía tentado a pensar
en la posibilidad del error
o del mal calculo,
o hasta sospechar siquiera
que todo era parte
de la gran broma:
.
la pitanza de alguien
que no tenía, simplemente
nada que decirte.
.
Por otra parte,
ocurría que ella
-la que era como un ringtone-,
no entendía siempre
su naturaleza de anuncio,
y hasta podía confundirte
hablando sobre su propia existencia,
y prácticamente proponiendo
la validez de todos los otros significados
que estaban en torno a ti.
.
Pero claro,
uno a la larga es más sabio,
pues desaparecida ya la huella
o la persona
o cualquier cosa que tomó en su momento
la función de ringtone,
dilucidar todo se hace mucho más fácil,
aunque no siempre, claro está,
lleguemos luego a establecer
el orden correcto
que determina el sentido
que siguieron tus acciones.
.
Y es que no se trata sólo de ella,
por supuesto,
sino que a veces hasta la vida misma
puede pasar a ser el ringtone
que te avisa que hay que atender la llamada
tarde o temprano,
y esperar entonces que la voz sea clara
en su secreto
o mensaje
o lo que sea aquello
que tenía que decirnos.
.
Aló, Vian...
puede que te digan entonces
con tu propia voz,
¿estás ahí?
.
Y venga luego
esa conversación
que responda
todas las dudas que tuviste
a lo largo de...
.
¡Pero espera!
.
Puede también que no haya nadie nunca
al otro lado de la línea,
y que ella
-la que era como un ringtone-,
se canse de que buscaras siempre en ella
o sobre ella
aquello que tú nombrabas
como el significado profundo de las cosas...
y claro...
ya sería tarde, entonces
para darte cuenta que el significado aquel
que buscabas,
estaba en otro sitio,
o era innecesario,
o quizá hasta no existía...
.
Y es que si eso ocurre
-¡y no estoy diciendo que así sea!-
puede que ella
-la que pensabas que era como un ringtone-,
haya sido mucho más que eso
y las hayas dejado ir
erroneamente
como a tantas cosas de tu vida...
.
¡Pero espera...!
.
O mejor no...
no esperes.
.

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