lunes, 10 de enero de 2011

¡Tienen que conocer a Clarice!

.
“Me gusta de una manera cariñosa lo inacabado,
lo mal hecho, aquello que torpemente
intenta un pequeño vuelo
y cae sin gracia...”
Clarice Lispector, La legión extranjera.

.
¡Tienen que conocer a Clarice!
Es tan linda...

Una vez se quemó la mano,
Y la ocultaba,
Aunque para mí que ella misma se la quemó,
Porque resultaba que a veces también
Ella odiaba
Su propia belleza.

Pero Clarice es así,
De hecho
A veces pienso
Que le hubiese gustado no existir para nadie
Pues la verdad que buscaba
Sólo les llega a aquellos que de una extraña forma
Están solos.

De todas formas
Hasta la soledad para Clarice
Era dar a los demás
Aquello que no piden:
El grito que no quieren escuchar
La sonrisa tonta que se da en la calle
La sensación que no nombramos…
Ustedes saben…
Cosas de ese tipo…

Así y todo
No hablo mucho de ella
Porque como la quiero tanto
A veces sueno maricón,
Pero como hoy me vi obligado
A pelear a golpes con un tipo
Puedo darme el lujo
De hablar mamón
Sin levantar sospechas.

Por el contrario
Lo que hacía
(En vez de hablar de ella)
Era escribirle cartas.

Recuerdo que una vez,
Sentado junto a un lago,
Le escribí una muy larga
Sobre el agua
Y fue como si por un momento
Todas esas sensaciones
Hubiesen quedado disueltas
Y esparcidas,
Como deben quedar
Las sensaciones.

Esa, por lo demás,
Es otra de las cosas
Que aprendí de Clarice:
La imperfección de la palabra
Su minusvalía
Su tarea de palomas mensajeras
Destinadas a entregar un mensaje
Demasiado pesado
O inasible
Para ellas.

Y es que así me imagino a Clarice
Dejando en libertad a aquellos pájaros
Para que se posaran a su antojo
Sobre los alambres de las hojas.

Y claro,
No se puede uno acercar a esos pájaros
Si no en el momento preciso
En que el espíritu se disuelve
Y llega hasta ellos sin ruido,
Para no asustarlos.

Así que recuerden:
¡Tienen que conocer a Clarice!

Pero no me vengan a hablar
De sus imperfecciones,
Ni me digan que está muerta,
O que la primera parte de sus escritos…
O que la segunda…

Quiéranla a Clarice
Y no disfracen sus propias imperfecciones
Porque se sentirán queridos por ella
Tal y como son.

Y sentirán entonces
Como si un viento nuevo
O como si un beso…
O como si una caricia…

Por último,
Cuando les grite
(Porque Clarice también grita
Y se enoja
Y finge a veces que no quiere)
Fíjense que hay un par de dedos cruzados
Al interior de ella
Y encontrarán en cada una de sus palabras
Y sus exigencias
Un gesto de amor profundo
O algo así como una pieza pequeña
Útil para construir
Tu propia felicidad.

Y sí,
De nuevo me endeudé por usted, Clarice,
Y no me refiero sólo al precio
Del último libro que compré…

Y es que de alguna forma
Siento que nada de lo que pueda decir por usted
Puede compensar de modo alguno
Sus regalos.

Por lo mismo,
Le envío respetuosamente
Mi silencio
Y mi más profundo
Agradecimiento.
.

7 comentarios:

  1. revelación de un mundo
    fue lindo conocer a la clarice
    un profe me la presentó

    ResponderEliminar
  2. la imperfección de la palabra.
    yo en la vida callo
    por que nunca encuentro palabras para pronunciar
    pero sí para escribir.

    ResponderEliminar
  3. Desde hace un tiempo tengo algo de Lispector en mi casa y no lo supe, porque es del Jose, mi hijo de 6 años..."La vida íntima de Laura". Dulce.

    ResponderEliminar
  4. Sí, la de la gallina, pero tiene su lado terrible también esa historia...

    ResponderEliminar
  5. Me encantó. Hermoso.
    Mi amor por Clarice es grande. Siempre digo que es mi madre.

    También es un placer conocer tus letras.
    Seguiremos leyéndonos.

    Abrazos.
    G

    ResponderEliminar
  6. Gracias, y sí, yo también seguiré leyendo.

    ResponderEliminar

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales