Charla profunda con la persona más superficial del mundo.

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Cuesta que se quede quieta, así que sigo a la persona aquella durante al menos cuatro horas.

En este tiempo la he visto entrar a tiendas y probarse numerosas prendas y zapatos. Asimismo, a modo de intermedio, ha entrado a una peluquería donde pidió le tiñeran el pelo y se lo recortaran mínimamente.

Al parecer conoce a una gran cantidad de personas, pues varios la saludan al pasar aunque hay algo en los gestos de los otros que no logro descifrar. Ella, en cambio, -porque la persona que sigo es una ella-, parece portar siempre el mismo gesto, una sonrisa simpática, alegre, pero que no sabe permanecer fija más de dos segundos en un mismo sitio.

-Jesús caminaba sobre el agua –le digo-.

-¿Qué?

-Que Jesús caminaba sobre el agua…

-¿Cuál Jesús…? ¿El de barbita?

-Ese mismo.

-Ja, ¿y no se hundía? –me pregunta mientras saca una lima y comienza a emparejarse las uñas-.

-No, no se hundía.

-Yo tampoco me hundo –me dice orgullosa-. Claro que no tengo barbita… mira…

-No, no tienes…

-Es que me hice un tratamiento láser, me lo pagó un amigo… o sea, él dice que somos algo más, y yo lo dejo decir por supuesto, pero la verdad es que ni siquiera somos amigos…

-Ah…

-Bueno, tampoco es que tenga muchos amigos para compararlo, o sea… yo soy cómo de conocidos… ¿viste la última comedia de la rubia esa…?

-¿Cuál rubia?

-La rubia esa po… la de verdad, no la teñida, la que dicen que practica sólo el sexo anal…

-Eh… no, no la ubico parece…

-Bueno esa tiene una película donde sale una chica como yo… así con harto estilo… y como que conoce a todo el mundo y cero rollo…

-…

-Bueno el caso es que esa chica es como yo…

-¿La actriz rubia?

-No po, el personaje de la película… bueno… igual da lo mismo porque ni vi el final.

-¿Y tu final?

-¿Cómo…?

-¿Qué pasa con tu final?

-Mira, voy a intentar contestarte, pero no nos quedemos parados aquí, vamos avanzando para allá y así el viento agarra onda…

-¿No te lo dejaron peinado en la peluquería?

-¿Cómo sabes lo de la peluquería?

-Porque te vi entrar.

-¿Eres sicópata…?

-Eh… no… no creo…

-Pucha, hubiese sido entretenido… tú me sigues por los pasillos y de pronto entras a mi departamento y me sorprendes cuando estoy en la ducha… o no saliendo mejor… para que se vea mi rutina de ejercicios y las cremas… y yo me puedo sentar en la orilla de la tina con la toalla y así la toma es más sexi…

-¿Qué toma?

-Ah, la toma po… la de la película… aunque tú no eres muy galán que digamos… quizá tendrían que enfocarte desde abajo porque tenís piernas más o menos…

-Gracias.

-Pero de lo demás estai cagao. Bueno, pero por último se busca un doble o algo…

-Oye…

-¿Qué? Ah, ya sé… te ofendí, mira siempre me pasa que…

-No, no es eso, es que te había preguntado algo.

-Sí, si sé. Soy superficial, pero no hueona. Me preguntabai de mi final, y todo eso, como haciéndote el profundo…

-Te lo preguntaba en serio.

-Mira, no es necesario. Yo sé que los feos a veces tienen que llegar así, como haciéndose los profundos, pero yo te recomiendo mejor otra cosa, así como más salvaje… más bruto… a mí igual me gusta eso y además hay menos rollo… y cómo que te viene más, yo creo…

-¿Y ese sería el final?

-¡Puta que eres insistente! No… el final sería otro, pero hay arrugas y partes que se caen y a mí no me va a pasar eso…

-¿Por qué no?

-Porque hay operaciones po hueón, y tipos que quieren que a uno no se les caigan las tetas y cosas así y te pagan todo porque así ellos creen que se sostienen la vida y todo eso…

-¿Qué más?

-¿Qué más qué?

-¿Qué más sostienen con eso?

-¡Puta el hueón enrollado…! ¡Guardia…! ¡Guardia…! ¡Hay un sicópata acá…!

-No te van tomar en cuenta.

-¡Guardia…! ¡Este hueón me está acosando…! ¡Puta, ¿por qué se ríen?! ¡Es en serio la hueá…!

-Ellos no me ven…

-¡Qué…!

-Que ellos no me ven. Soy Vian, algo así como un invento….

-Puta los inventos hueones que hacen hoy en día…

-…

-Cómo sea… si querís anda al lado mío, pero no te voy a responder nada.

-¿Nada?

-Nada.

-Pero ahí respondiste algo.

-Pero eso no cuenta po hueón, mira lo que pasa es que tú vay como por abajo del agua, y yo voy caminando por arriba…

-¿Como Jesús?

-Sí, como ese hueón, pero sin barba.

-¿Y cómo lo haces?

-Ya te dije, con una operación láser…

-No, como lo haces para andar sobre el agua…

-Ah…, así po, normal… si el hueón soy tú que vay por abajo…

-Pero la gente se hunde a veces, al menos hasta los tobillos o algo…

-Bueno, pero yo no. Yo uso taco alto además, y de paso se me remarcan los glúteos…

-Sí, si me había fijado…

-¿En serio?

-Eh sí, un poco…

-Entonces me caíste bien de nuevo, pensé que eray maricón, pero maricón pesado, como el de la tele…

-¿Cuál?

-Uno maricón po… y pesado…

-Y que sale en la tele.

-Sí po. Viste que entendís fácil cuando quieres. No hay para qué complicarse. O sea, en eso no al menos… si es por combinar te creo…

-¿Y vas a aguantar siempre sobre el agua?

-¿Cómo?

-¿Qué si se puede andar siempre sobre el agua, sin hundirse?

-Ah, mira sí…o sea creo que sí… además, como dice la canción, antes muerta que profunda… ¿o no era así…?

-¿Qué cosa?

-La canción po… ah, ya me acordé… antes muerta que sencilla… sí eso era… bueno, igual sirve…

-¿Siempre eres así?

-¿Así cómo…? ¿Vas a criticar?

-No. Para nada…

-Porque si es por eso me voy con mi abuelo, o con mis ex, o me pongo a dormir…

-¿Por qué a dormir?

-Porque en los sueños siempre hay alguien que me critica. Como gente que se asoma bajo el agua y te llama desde abajo, como en la película esa donde las personas quedaban atrapadas bajo el hielo y trataban de salir…

-Pero tú vas arriba…

-Si po, caminando arriba, pero aunque quisiera no podría ayudarlos, hay hielo…

-…

-Lo malo es que a veces veo a una tipa parecida a mí, o sea igual que yo, pero no sé, como más profunda, una tipa… no sé como describirla…

-Como que hubiese vivido siempre en un pozo…

-Sí, eso mismo, en un pozo. Igualita a mí, pero sin maquillar, y sin estilo, y hasta parece que se come las uñas… ah, y mira a los ojos, ¡qué vulgar!

-¿Qué cosa?

-Mirar a los ojos. Yo no lo hago, no me gusta. Prefiero que me vean en pelota a que me miren a los ojos… como que me lloran al tiro…

-¿Cómo si picaran cebolla?

-No. Como si me violaran por ahí… O sea no metiendo algo, pero como sacando algo, no sé… lo que intentas hacer tú, por ejemplo, no creas que no me di cuenta.

-Disculpa, no pensé que sintieras algo así…

-Bueno, no importa, igual no puedes forzarme, no te miro y punto, miro para el lado, o para abajo… o a cualquier lado.

Entonces me fijo que ella comienza atarme a un asiento, que había a un costado de una escalera mecánica.

-¿Qué haces? –le digo, sin poder reaccionar.

-Te amarro. No me caes mal, pero no quiero que me sigas… yo ando re bien en la superficie… y voy a seguir así… no me vas a mirar a los ojos…

-Hay que hacerlo alguna vez, te vas a cansar, te vas a hundir de golpe en algún momento…

-¡Es problema mío! Además la vida es distinta para todos… ¡Y es siempre otra cosa! No está al fondo ni arriba… ¡¿no entiendes?!

-…

-¡¿Querías ver mis ojos?! ¡Te los dejo! ¡Aquí están! –dijo, mientras parecía arrancarse algo del rostro y dejarlo en uno de mis bolsillos.

Luego, extrañamente, me abrazó, y se fue dando tumbos por el mal, chocando con gente que le sonreía de una manera que, como decía en un inicio, no logré entender.

Entonces comencé a sentir que el bolsillo se mojaba y sentí como si dos cubos de hielo se hubiesen deshecho dentro.

-Quizá no era la más superficial -me dije, por último.

Pero de cierta forma ya era tarde, para decir cualquier cosa.

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