.
* Se enciende la luz.
-¿Sabe usted contar hasta diez?
-¿Qué…?
-¿Que si sabe usted contar hasta 10?
-Eh… sí, por supuesto.
-Demuéstrelo entonces.
-¿Qué cosa?
-Que sabe contar hasta 10.
-Eso es estúpido.
-Entonces demuéstrelo, ¿o no puede?
-Claro que puedo, escuche, 1, 2, 3… pero espere… ¿para qué es esto?
-¿Puede o no puede?
-Puedo, pero una vez que lo haga ¿me va a explicar el para qué?
-¿Para qué qué…?
-Para qué quiere que cuente hasta 10.
-Yo no quiero eso…
-Pero si me lo está pidiendo.
-Yo le pregunto si sabe, y que lo demuestre. Luego, si usted entiende que yo lo que quiero es que usted cuente hasta 10, es problema suyo. Además, ¿para qué podría querer eso?
-¿Qué cosa?
-Que cuente hasta 10, ¿no es de eso que estamos hablamos?
-Sí po, de eso.
-¿Y entonces?
-¿Entonces qué?
-¿Va a contar hasta 10?
-Podría hacerlo.
-¿Y por qué no lo hace?
-Porque necesito una razón para hacerlo.
-Mmm, no lo entiendo… ¿Cómo dijo que se llamaba usted?
-Vian. Pero no se lo había dicho.
-Pues mire Lian…
-No, Lian no, Vian… mordiéndose el labio al inicio… Vian…
-Está bien, Vian, no se enoje… es sólo un nombre.
-Pero es lo único que tengo. Y me gusta.
-Pues entonces, Vvvian…
-No, no exagere, que parece que se burla, la mordedura de labio es breve… Vian… escuchó…
-Sí, entendí. Pero no lo hacía por burlarme de todas formas.
-Lo dudo.
-¿De qué duda?
-De muchas cosas, pero en este momento, de sus intenciones.
-Yo no tengo intenciones ocultas, Vian…
-Ve que podía decirlo, sin tanto problema…
-¿Puedo preguntarle algo, Vian?
-Puede.
-¿Usted vive?
-¿Qué?
-Que si usted vive… si existe.
-Pues sí, existo. Eso es evidente.
-¿Y necesita una razón para comenzar a existir?
-¿A qué vienen esas preguntas?
-A que usted dice necesitar una razón para contar hasta diez, pero es capaz de dar comienzo a su existencia sin ninguna…
-Yo no he dicho eso.
-Pero existe de esa forma. Todos existen de esa forma.
-Pero yo no soy todos. Yo soy Vian.
-Sí, lo sé, y hay que morderse el labio para que suene bien…
-Exacto. Y si lo hace muy fuerte y le sangra, pues problema suyo.
-Pero usted es uno de todos, o sea, parte de todos.
-Se equivoca usted rotundamente.
-¿Por qué?
-Porque lo que ha dicho usted es una rotunda equivocación.
-Suena lógico, pero yo me refería a cuáles son las razones de mi equivocación.
-Haber nacido.
-Pero ¿y luego?
-No hay luego. Con eso basta. Todos erran desde entonces.
-¿Usted también, Vian?
-No podemos ser conscientes de nuestras propias equivocaciones.
-¿Por eso se niega a contar hasta 10?
-Yo no me he negado, sólo he pedido explicaciones.
-Creo que hemos enredado esto demasiado ¿Le puedo pedir entonces, como un favor personal, que cuente hasta 10?
-Puede, pero yo se lo pedí primero.
-¿De qué está hablando?
-Del orden prioritario, de las estructuras de base… de la identidad, a fin de cuentas.
-Pues no lo entiendo.
-¿Fuma usted pipa?
-¿Pipa?
-Sí, pipa.
-Las pipas no se fuman, son para fumar en ellas.
-Pero eso… ¿fuma usted en pipa?
-Sólo cuando lo hago.
-Entonces fuma…
-No he dicho eso…
-Es que el lenguaje es algo raro sabe… por ejemplo yo mismo, soy profe de lenguaje, pero no sé ni una hueá de eso…
-¿De qué?
-De lenguaje.
-¿Y puede saberse algo?
-¿De qué?
-Del lenguaje po, ¿no es de eso que estamos hablando?
-Yo pensé que estábamos hablando de contar hasta 10.
-Es lo mismo.
-¿Sí?
-Sí.
-Pues haberlo sabido antes. Nos habríamos ahorrado todas estas molestias.
-Eso mismo pienso… ¿Quiere fumar pipa?
-¿En pipa? ¿Cómo la de la paz?
-No, como la de Magritte, que parece más acorde a la situación.
-Pues sí, sería buena idea… pero podríamos hacer un consenso antes…
-¿Un consenso?
-Sí, un consenso.
-Pues sí, podría hacerse, ¿qué propone?
-¿De qué?
-Del consenso po…
-Ah, de eso… pues yo propongo que en vez de que uno de los dos cuente hasta diez, ¿qué tal si ambos contamos hasta cinco?
-No es lo mismo.
-¿No?
-No. No es lo mismo.
-¿Y qué propones tú entonces?
-Que uno de nosotros diga “cero” y el otro diga “diez”, pero al mismo tiempo…
-Y luego la pipa.
-Sí, luego.
-¿De acuerdo entonces?
-De acuerdo, ¿a la cuenta de diez?
-Vale.
-1, 2, 3, 4, 5…
-Espera…
-¿Qué?
-¿Te diste cuenta?
-Sí.
-¿Por qué no dejamos esta cuestión hasta aquí mejor?
-Sí, mejor, además parece que el hueón está con fiebre…
-Sí, si se insoló, fue a caminar como hueón y además se hizo una esguince en el tobillo.
-Donde tiene las patas planas.
-Y donde es apurón y va pensando en cosas que no tiene.
-Tiene harto que pensar entonces.
-…
-¿Le dejamos la pipa?
-De acuerdo.
-Ojalá que se dé cuenta de dónde la dejamos.
-Sí, ojalá, porque quedó como escondida.
-Buenas noches, Vian.
-Buenas noches, Lian.
* La luz se apaga.
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* Se enciende la luz.
-¿Sabe usted contar hasta diez?
-¿Qué…?
-¿Que si sabe usted contar hasta 10?
-Eh… sí, por supuesto.
-Demuéstrelo entonces.
-¿Qué cosa?
-Que sabe contar hasta 10.
-Eso es estúpido.
-Entonces demuéstrelo, ¿o no puede?
-Claro que puedo, escuche, 1, 2, 3… pero espere… ¿para qué es esto?
-¿Puede o no puede?
-Puedo, pero una vez que lo haga ¿me va a explicar el para qué?
-¿Para qué qué…?
-Para qué quiere que cuente hasta 10.
-Yo no quiero eso…
-Pero si me lo está pidiendo.
-Yo le pregunto si sabe, y que lo demuestre. Luego, si usted entiende que yo lo que quiero es que usted cuente hasta 10, es problema suyo. Además, ¿para qué podría querer eso?
-¿Qué cosa?
-Que cuente hasta 10, ¿no es de eso que estamos hablamos?
-Sí po, de eso.
-¿Y entonces?
-¿Entonces qué?
-¿Va a contar hasta 10?
-Podría hacerlo.
-¿Y por qué no lo hace?
-Porque necesito una razón para hacerlo.
-Mmm, no lo entiendo… ¿Cómo dijo que se llamaba usted?
-Vian. Pero no se lo había dicho.
-Pues mire Lian…
-No, Lian no, Vian… mordiéndose el labio al inicio… Vian…
-Está bien, Vian, no se enoje… es sólo un nombre.
-Pero es lo único que tengo. Y me gusta.
-Pues entonces, Vvvian…
-No, no exagere, que parece que se burla, la mordedura de labio es breve… Vian… escuchó…
-Sí, entendí. Pero no lo hacía por burlarme de todas formas.
-Lo dudo.
-¿De qué duda?
-De muchas cosas, pero en este momento, de sus intenciones.
-Yo no tengo intenciones ocultas, Vian…
-Ve que podía decirlo, sin tanto problema…
-¿Puedo preguntarle algo, Vian?
-Puede.
-¿Usted vive?
-¿Qué?
-Que si usted vive… si existe.
-Pues sí, existo. Eso es evidente.
-¿Y necesita una razón para comenzar a existir?
-¿A qué vienen esas preguntas?
-A que usted dice necesitar una razón para contar hasta diez, pero es capaz de dar comienzo a su existencia sin ninguna…
-Yo no he dicho eso.
-Pero existe de esa forma. Todos existen de esa forma.
-Pero yo no soy todos. Yo soy Vian.
-Sí, lo sé, y hay que morderse el labio para que suene bien…
-Exacto. Y si lo hace muy fuerte y le sangra, pues problema suyo.
-Pero usted es uno de todos, o sea, parte de todos.
-Se equivoca usted rotundamente.
-¿Por qué?
-Porque lo que ha dicho usted es una rotunda equivocación.
-Suena lógico, pero yo me refería a cuáles son las razones de mi equivocación.
-Haber nacido.
-Pero ¿y luego?
-No hay luego. Con eso basta. Todos erran desde entonces.
-¿Usted también, Vian?
-No podemos ser conscientes de nuestras propias equivocaciones.
-¿Por eso se niega a contar hasta 10?
-Yo no me he negado, sólo he pedido explicaciones.
-Creo que hemos enredado esto demasiado ¿Le puedo pedir entonces, como un favor personal, que cuente hasta 10?
-Puede, pero yo se lo pedí primero.
-¿De qué está hablando?
-Del orden prioritario, de las estructuras de base… de la identidad, a fin de cuentas.
-Pues no lo entiendo.
-¿Fuma usted pipa?
-¿Pipa?
-Sí, pipa.
-Las pipas no se fuman, son para fumar en ellas.
-Pero eso… ¿fuma usted en pipa?
-Sólo cuando lo hago.
-Entonces fuma…
-No he dicho eso…
-Es que el lenguaje es algo raro sabe… por ejemplo yo mismo, soy profe de lenguaje, pero no sé ni una hueá de eso…
-¿De qué?
-De lenguaje.
-¿Y puede saberse algo?
-¿De qué?
-Del lenguaje po, ¿no es de eso que estamos hablando?
-Yo pensé que estábamos hablando de contar hasta 10.
-Es lo mismo.
-¿Sí?
-Sí.
-Pues haberlo sabido antes. Nos habríamos ahorrado todas estas molestias.
-Eso mismo pienso… ¿Quiere fumar pipa?
-¿En pipa? ¿Cómo la de la paz?
-No, como la de Magritte, que parece más acorde a la situación.
-Pues sí, sería buena idea… pero podríamos hacer un consenso antes…
-¿Un consenso?
-Sí, un consenso.
-Pues sí, podría hacerse, ¿qué propone?
-¿De qué?
-Del consenso po…
-Ah, de eso… pues yo propongo que en vez de que uno de los dos cuente hasta diez, ¿qué tal si ambos contamos hasta cinco?
-No es lo mismo.
-¿No?
-No. No es lo mismo.
-¿Y qué propones tú entonces?
-Que uno de nosotros diga “cero” y el otro diga “diez”, pero al mismo tiempo…
-Y luego la pipa.
-Sí, luego.
-¿De acuerdo entonces?
-De acuerdo, ¿a la cuenta de diez?
-Vale.
-1, 2, 3, 4, 5…
-Espera…
-¿Qué?
-¿Te diste cuenta?
-Sí.
-¿Por qué no dejamos esta cuestión hasta aquí mejor?
-Sí, mejor, además parece que el hueón está con fiebre…
-Sí, si se insoló, fue a caminar como hueón y además se hizo una esguince en el tobillo.
-Donde tiene las patas planas.
-Y donde es apurón y va pensando en cosas que no tiene.
-Tiene harto que pensar entonces.
-…
-¿Le dejamos la pipa?
-De acuerdo.
-Ojalá que se dé cuenta de dónde la dejamos.
-Sí, ojalá, porque quedó como escondida.
-Buenas noches, Vian.
-Buenas noches, Lian.
* La luz se apaga.
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VVVVVVVIAN!! (JA)
ResponderEliminarMe encanto!!
Nunca podría dejarte solo un punto, pero si podría te dibujaría mi hombro, así sabrías que estoy, si así lo quieres, sin muchas razones.
Saludos
evelyn
a lo mejor debería probar andar en bicicleta, para que descance un poco los pies.
ResponderEliminarbuenas noches
quizas sería bueno dormir un poco
1,2,3,4,5...
ResponderEliminarla estructura arborecente debe ser revocada
se necesita un inicio para continuar hasta el final siempre? y la multiplicidad? dónde quedó la multiplicidad? y la ruptura asignificante?
sé que es difícil, casi imposible, que nuestra cabeza se pudrió con todo el antirizoma de la estructura social y sistémica y jerárquica y blablablablababala, sí se pudrió, pero no rompan mi utopía.
al estructurar al rizoma planteando su estructura fallida ya está fallando.
Una pregunta...
ResponderEliminar¿Siempre conversa con varios de usted mismo?
Resulta que compartir esas conversaciones, o no conversaciones...resulta ser bastante interesante.
Saludos a usted(es)
sr. (o srta) Anónimo:
ResponderEliminarCasi he borrado su comentario pues ideas tan grandes -y ajenas-, no caben en este blog, sólo sensaciones.
Sus palabras son mucho creer para mí. Aunque le agradezco su tiempo, por supuesto, y las ganas de colaborar.
srta. Evelyn, agradezco su hombro, aunque sea dibujado, pero no me siento merecedor de él.
srta. Violeta, agradezco su preocupación, de hecho, fue la única que casi dio con el acertijo, que en el fondo es simple como helado de chocolate.
srta Kony: mmm... siceramente no lo sé, ahora mismo, por ejemplo, estoy hablando con otros... aunque lo importante es que estoy llegando a acuerdos conmigo mismo.
Ah. Y gracias por leer, en serio.
Desde hace un tiempo, casi me siento famoso.
Me encanto el texto, el absurdo logra ser ensalzado de exelente manera, aqunque me costo darme cuenta del acertijo, soy un poco lenta! ejjeje
ResponderEliminarSaludos!
quizas lo de la bicicleta no fue buena idea, despuès de todo algunas ni siquiera tienen voz..
ResponderEliminar¡UUUyyyy!
ResponderEliminarHartos comentarios...
es como jugar al montoncito.
(Esa es la única forma en que Vian se deja abrazar)
Natalia Buffalino.