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"Lo que es verdaderamente inmoral
es haber desistido de uno mismo"
Clarice Lispector.
I
Julia colecciona piedras de colores.
Tiene tantas que ha debido ocupar
para exhibirlas
otros sectores
de la casa de sus padres.
Por ejemplo,
uno encuentra piedras
en el refrigerador,
o hasta en el baño
al interior del rollo de papel higiénico.
El otro día,
para no ir más lejos,
me encontré con una
verde y redonda
al interior de un vaso con jugo,
que ella misma me había servido.
II
Como se habrán dado cuenta,
yo conozco a Julia.
Por eso,
me complica un poco
ir a enseñarle a leer,
porque siento que ella no lo necesita
en lo más mínimo.
Y es que Julia es capaz de contarte
las historias más impresionantes,
con tan sólo ver alguna imagen,
o pasear su vista por las curvas de las letras.
Esa historia trata de una niña,
que se llama Julia,
leía Julia, sin leer,
y un día aprendió a volar
y otro a esquiar
y otro a caminar sobre las flores
sin aplastarlas…
Yo entonces miraba
al hermano menor de Julia,
que era quien pagaba las clases
a todo esto,
y él hablaba de su hermana
como una mentirosa,
o una enferma,
o alguien que no debía estar
con ellos
en aquella casa.
Así que era principalmente
por eso,
que yo intentaba enseñarle
a que pudiese leer,
aunque temía que al aprender,
ella olvidase a leer de esa otra forma
más mágica
y verdadera.
III
Pero yo les contaba
que Julia colecciona piedras de colores.
Nadie está de acuerdo,
por supuesto,
en su casa…
tanto así que hasta a mí me advirtieron
que no llevase piedras a Julia,
aunque ella me lo pidiese.
El problema,
sin embargo,
fue que ella me lo pidió
y yo que no vi nada malo en todo aquello
le llevé un puñado
de las más lisas que encontré.
Quizá por eso,
o porque Julia no sabe como agradecer
ella dijo que quería casarse conmigo
el otro día.
Entonces intenté explicarle
que yo no era buen partido
y que mi corazón era similar
a unas de esas piedras opacas
y sin gracia
que andan botadas en la calle
y que apenas sirven
para romper algunos vidrios.
El problema es que Julia,
y esto no sé realmente cómo lo hace,
suele darle un pequeño brillo
o tono
hasta a la más opaca y gris
de aquellas piedras.
IV
Así fue que ayer,
el último día que debía ir
a aquella casa,
había un camino de piedras multicolores,
que daba justo
hacia la sala de estudios.
Julia estaba allí,
esperando con su hermano
y con su madre,
que debía tener por lo bajo,
80 años,
si es que ya no estaba muerta.
Todos me miraban extraño,
menos Julia,
a quien nadie ha querido contarle
que la van a llevar a un hogar,
junto a otras mujeres
aparentemente de su tipo.
Quiero que le digas a Julia
que no te casarás con ella…
me dijo entonces el hermano.
Mientras,
Julia me miraba como desde un altar,
al interior de una iglesia repleta
de pequeñas piedras de colores…
Pero el hermano no entendió,
la madre no habló
y Julia así sin más se levantó
la polera de golpe
y se reía.
Entonces el hermano
sujetó fuerte a Julia
y la llamó inmoral…
la madre seguía quieta en una silla
y Julia gritaba y botaba cosas
hasta que su hermano la golpeó fuertemente
en el rostro
y logró llevarla dentro.
V
Según los planes,
Julia será llevada prontamente a una casa
donde supuestamente
se preocuparán de ella.
El hermano seguirá trabajando
y ganando dinero
y supongo que la madre
al menos por su aspecto,
morirá prontamente.
Respecto a Julia,
supongo que se olvidará de mí,
y de su propuesta de matrimonio…
y que las piedras de colores
que había en aquella casa
serán relegadas a algún sitio
donde perderán de a poco
sus colores.
Respecto a mí,
no sé qué pensar realmente,
a veces pienso que no estoy presente
del todo,
y eso me hace sentir de golpe
más inmoral,
que Julia
y su polera levantada
y sus piedras de colores.
Y bueno, esa es la historia
de cómo perdí la oportunidad de casarme
con una de las mujeres
más hermosas del mundo.
A propósito,
¿conocen ustedes
a alguna otra
que colecciones piedras
de ese tipo?
.
encantador
ResponderEliminarAamm... debo confesar que desde que era aún más pequeña colecciono pequeñas piedras de colores. De hecho están dispersadas por varias partes de mi pieza. Porque de otra manera las perdería, al menos acá en mi casa, nadie las aprecia mucho. Solo yo. Mi madre se ríe un poco de mi, porque una de las más grandes y lindas que tengo, que la desenterré de un lugar, la ocupo para que mi ventana no se cierre de golpe. Y hasta le he tomado cariño.
ResponderEliminarMe ha encantado, como dice el comentario anterior, fue encantador y me sentí un poco identificada.
Saludos Vian !
PD: ¿De donde proviene el texto?
¿De dónde proviene? Mmm, de Julia supongo, aunque supongo a ella le habría quedado mejor... yo no sé leer tan bien en las piedras de colores.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarlas piedras son mi pasion desde muy pequeña, recuerdos de bellos lugares, almacenan la historia de la tierra y la mia tambien, recuerdo de donde saque cada una. Nadie entiende mi devocion por estos trozos de historia.....
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