miércoles, 15 de enero de 2025

Han visto al Papa saliendo por las noches.

"¿Nadie va a buscar a los tontos 
al lugar donde se esconden?"
O. W.

Dicen que han visto al Papa saliendo por las noches.

Según cuentan, se escapa del Vaticano y suele visitar un bar en Roma, donde a menudo se presentan comediantes a realizar sus rutinas.

Viste siempre un pantalón gris, un polerón azul, con gorro, y a veces un sobretodo café.

En el bar, en una mesa alejada de las luces, acostumbra pedir agua mineral y de vez en cuando, un cóctel sin alcohol.

Indagando sobre aquello descubro que lo que pide es una mezcla de jugos de frutas cítricas con granadina.

Nadie lo reconoció hasta que un día tuvo un ataque de risa tan intenso que algunos comensales lo grabaron y subieron las imágenes a redes sociales.

Una vez ahí, por cierto, algunos comentaron sobre el supuesto parecido que ese hombre tenía con el Papa.

Más adelante, tras identificar un anillo que llevaba en una de sus manos, el asunto se volvió más serio y fue analizado por varios especialistas en distintos canales de televisión.

En algunos, pidieron grabaciones al bar y consiguieron varias.

En tanto desde el Vaticano no confirmaron, pero tampoco desmintieron la noticia.

Por mi parte, en vez de indagar sobre aquello, me interesé más en conocer al comediante que se presentó el día del ataque de risa.

Al final, descubrí que se trataba de un rumano que hablaba con un acento muy particular, y que tenía una rutina en la que se reía de sí mismo mostrándose como una persona paranoica, que creía constantemente que lo perseguían, en base a lo cual solía hacer sus chistes.

Respecto al ataque de risa en particular -si bien no todos estaban de acuerdo-, varios coincidieron en que comenzó luego que el comediante contara que una vez intentó escalar las cataratas del Niágara.

Otros, en cambio, dijeron que ocurrió luego que el rumano hablase de una especie de perseguidor interno, que estaría dentro de aquel a quien persigue, pero por más que se esfuerza no lo alcanza… Como un perro que busca morderse la cola.

De todas formas, todos concordaron en que el comediante era aquel rumano.

De él, por cierto, poco se sabe, aunque estoy seguro que prontamente podré dar con alguna presentación suya.

Cuando esto ocurra, por supuesto, les contaré más detalles.

Hasta entonces, esta historia, llega hasta aquí.

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