domingo, 15 de septiembre de 2024

Camaleón.


I.

-¿De qué color es el camaleón?

-¿Qué camaleón?

-Da lo mismo… el que tú quieras.

-¿Puede ser uno verde con amarillo?

-Claro.

-Pues entonces es verde con amarillo.


II.

-¿Sabes?, está bien lo que dijiste, pero en realidad yo intentaba hablar de otra cosa.

-¿De otra cosa?

-Sí. No sé bien cómo decirlo, pero al menos no quería hacerlo sobre un camaleón en específico.

-¿Querías hablar de los camaleones en general, entonces?

-En parte sí… pero supongo que quería poner énfasis en que resulta difícil saber realmente el color que poseen.

-En reposo no es difícil.

-¿A qué te refieres?

-A que cuando están relajados suelen ser solo verdes o marrones.

-No lo sabía.

-Pues así es. También cuando duermen o cuando ya han muerto, solo tienen esos colores.


III.

-¿Puedo hacerte otra pregunta?

-Claro.

-¿Crees que seremos más nosotros mismos cuando estamos relajados o en tensión?

-¿Lo dices por lo del color de los camaleones?

-Sí, en parte.

-Pues me nace decir que cuando estamos relajados, pero probablemente sea en tensión cuando nos manifestamos con mayor energía.

-¿Y entonces el color de los camaleones…?

-El color da lo mismo, al final.

-¿De verdad crees eso?

-Casi, pero no creo en otra cosa, en realidad.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Nada en especial, solo contesto a lo que preguntas…

-¿Como el camaleón?

-Sí, es cierto… más o menos de esa forma.

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