Debe haber un punto fijo.
Por más que exista el movimiento debe haber un punto fijo.
Es decir, para que exista movimiento debe establecerse un punto fijo.
Suena reiterativo, es cierto, pero es una consideración esencial.
Si no todo sería desplazamiento constante.
Falso movimiento.
Piense en el hombre, por ejemplo.
En el hombre que sube montañas.
Y es que achica el mundo el hombre que sube montañas.
Mata un Dios en cada cumbre, me refiero.
Así, como vemos, el movimiento disminuye al mundo.
Por eso es necesario el punto fijo.
Y es que nos mentimos pensando que el universo se expande.
Sabiendo la verdad, nos mentimos.
Llegamos al fondo del mar.
Viajamos hacia las estrellas.
Abrimos sin pudor los cuerpos muertos de los hombres.
Esa es la verdad.
Esta es la verdad.
Mueren los dioses en cuanto se exponen a la vista de los hombres.
Y el último Dos sobrevive gracias al último hombre que rechazó el movimiento.
¡Qué inmenso el mundo para el hombre que permanece en su sitio!
¡Qué sacrificio más noble cuando se hace con un objetivo claro!
¿Conoce usted alguno?
¿Es usted el punto fijo?
…
Algo se quiebra, bajo mis pies.
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