miércoles, 15 de enero de 2014

Cosas que leí sobre el Conde de Sándwich.




Buscando libros para el verano encuentro una novela biográfica sobre el conde de Sándwich. Para ser exacto, John Montagu IV, hijo de otros condes de Sándwich, aunque es a este último al que se le atribuye el invento que ha permitido que su apellido nos sea tan familiar hasta el día de hoy.

Así, resulta que me encuentro sin querer con la historia de un personaje de quién no esperaba mucho –más allá del invento culinario, por supuesto-, adicto a los juegos de cartas, escritor de sueños con extraños seres rosa y asesino de su amante con quien había engendrado 5 hijos.

Por otro lado, la novela no deja de hacer extensas referencias bibliográficas en sus más de 300 notas al pié, intentando demostrar que los hechos narrador tienen una fuente real indiscutible, cosa que comprueba en unas cuántas visitas a sitios de internet luego de comenzada la lectura.

Ahora bien… ¿por qué me resulta interesante la figura de este conde?

Puede parecer rebuscado, pero lo cierto es que son innumerables los hechos en que este personaje actúa guiado por el mismo principio que lo llevara a crear el sándwich, como objeto culinario. A saber, el no tener un contacto con aquello que podía ensuciarlo, de alguna forma.

Así, podemos ver, por ejemplo, su constante contacto con sus hijos no reconocidos, -realizado siempre a través de un consejero-, la forma en que resuelve el asesinato de su amante y qué hacer con el cadáver –para comprobar que el asesinato había sido consumado pidió a tres observadores de confianza servir de testigos-, u otras cosas de ese estilo realizadas principalmente en el ámbito político.

Con todo, lo verdaderamente interesante –quizá solo para mí, lo reconozco-, es la forma en que este personaje creía que el lenguaje escrito podría alejarlo de un espacio de realidad que se hacía manifiesto, si él lo expresaba a otros, verbalmente.

Y es que en relación a sus sueños con unos extraños seres rosa –sueños que tuvo de forma periódica a lo largo de más de 15 años-, el conde no fue capaz de verbalizarlos, aunque sí escribió todos aquellos encuentros que entregaba rigurosamente a un sacerdote que le servía de guía y confesor, desde su juventud.

Lamentablemente, en la novela se señala que estos escritos no se conservaron, y que solo se conocen ya que en su testamento el conde pide expresamente que se deshagan de “los escritos de los sueños de los seres color rosa, para que no sean leídos y tenidos en verdad, por nadie en el tiempo futuro”.

Así, el conde de Sandwich muere el 30 de abril de 1792.

La eternidad lo tome cuidadosamente y lo engulla, sin manchar sus negros dedos.

7 comentarios:

  1. Cada vez que lo leo, señor Vian, me sorprenden profundamente sus escritos. Lo admiro...

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  2. Mmm,,, si no es ironía muchas gracias.
    Y si es ironía muchas gracias también.

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  3. ¡Cómo me encantaría poder leer algo de esos seres rosa!...una lástima que el conde decidiera al final de sus días borrar los rastros de sus sueños
    Un abrazo

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  4. No he leído todas las entradas, porque son muchas y soy floja, pero las que he leído realmente me han gustado. Me llama mucho la atención la forma en que están escritas, además de los temas. No se si originales sería una buena descripción, extrañamente atractivas me satisface mejor. Solo quería extender un poco mi primer comentario, para que no quepa duda de que no fue una ironía, si no otra manera de decir que me dejan encandilada...

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  5. Gracias, por aclaraciones y demases. Saludos.

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