jueves, 14 de febrero de 2013

No es excusa.

Nuevamente problemas con la señal me llevan a escribir esta entrada a fragmentos.

Con todo, no es excusa.

Excusas son las que intento poner para que no me llenen de ají la comida que me sirven, acá en un pueblito chico de México.

Me gustaría decirles cómo llegar, pero sinceramente no puedo.

Y es que todo fue un poco como en el país de las maravillas, solo que en vez del conejo fue un mapache y que no me interesa regresar al lugar de dónde me escapé.

Además escaparse siempre tiene algo de agradable... algo sorpresivo.

Hoy por ejemplo descubrí que soy capaz de acariciar una serpiente, sin problema... y que existe un unguento que pude cicatrizar rápidamente los rasguños hechos por un mono.

Con todo, no son historias que pueda contar ahora.

Acá escucho historias de jaguares y me dicen que hoy, con suerte, podremos ver al último de este sector.

Todo por lo demás es extraño.

Sigue siendo extraño, me refiero.

Esos son los ojos, acaban de decirme.

Los ojos del jaguar.

Voy a verlos.

5 comentarios:

  1. Espero que logres regresar, para contarnos cómo son esos ojos...!
    =)

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  2. Que sea una visión feliz! Hoy vi decenas de cocodrilos en los manglares, fue espantosamente deprimente...

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  3. ¿Dónde estás...? Yo vi lo mismo... no suelo contar mucho acá, de forma específica, pero dejé México y estoy en Dominicana... Un abrazo.
    Es un poco extraño, todo.

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  4. En la frontera de Ecuador, pero intimamente ya en casa esperando la llegada de 4 (o quizás 6) cachorros.
    Un abrazo, y que los pasos se vuelvan cada vez más ligeros (eso es algo que en verdad deseo para mi, pero vaya también si hace algun sentido en tu tránsito)

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  5. Gracias... suerte con los cachorros......

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