sábado, 16 de febrero de 2013

El delfín rebelde.


Tras pasar una cerca llegas donde el delfín rebelde.

No salta ni obedece y creo que hasta agredió a un niño.

Permanece aislado, pero todos dicen que lo tratan bien.

Luego explican que de vez en cuando sucede esto.

Un delfín debe pasar por estos periodos, luego vuelve más dócil.

Los otros ya han pasado por esto.

Todos pasan por esto, dicen.

Entonces ellos se van y yo quedo ahí.

de hecho me quedo ahí, esta noche.

No hay luz así que no veo al delfín, pero sé que está allá abajo.

Por un momento pensé en lanzarme, pero no sé bien qué podría hacer ahí.

Ese espacio es suyo.

Esa rebeldía.

Yo debo reaprender sobre aquellas cosas.

Mientras, lo adivino nadando allá abajo, como en mi consciencia.

1 comentario:

  1. Que buen viaje Vian! Que respetuoda distancia al sagrado espacio de la rebeldía (no porque la rebeldía en sí sea sagrada sino por lo que de ella nace... finalmente todo lo que nace es un poco sagrado, no? Las ideas que nacen, las percepciones, las sensaciones incluso los uno mismos que nacen de uno mismo)

    ResponderEliminar

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales