miércoles, 27 de febrero de 2013

Tom & Jerry & Tom & Jerry & Tom & Jerry y etc.



Más allá de la música, que me parecía sobresaliente en algunos casos, nunca fui muy asiduo a las animaciones de Tom & Jerry.

Sinceramente, no recuerdo haber analizado las razones, aunque recuerdo, paradójicamente, que una vez hice un trabajo referente a las vanguardias artísticas y al periodo checoslovaco de estos personajes –dentro de una gama de otras series animadas realizadas en aquel país-.

A pesar de aquello, intuyo que la idea de esas continuas persecuciones me sonó siempre a farsa, es decir, a la prolongación de un juego que no tenía objetivos claros y en el que se utilizaban todas nuestras fuerzas, sin reflexionar demasiado.

Casi como la vida, ahora que lo pienso.

Con todo, lo que sí me llamaba la atención de pequeño era la actitud de Tom al atrapar a Jerry. Y es que de cierta forma, parecía no haber un serio convencimiento sobre qué hacer con el ratón luego de atraparlo… era casi como cumplir con una parte de su labor, con una meta, pero luego había que dejarlo ir, si se quería seguir realizando acciones con sentido.

Así, imaginaba yo que Tom, cuando atrapaba a Jerry, no atrapaba realmente al Jerry que perseguía, sino que pasaba inmediatamente a darse cuenta que era otro Jerry el que debía atrapar y entonces un nuevo Tom comenzaba la persecución y bueno… así hasta el infinito. O hacia lo contrario de este, más bien.

Y es que no es solo pasar a ser otro Tom u otro Jerry, sino que aquella acción pasaba a constituirse –pienso ahora-, en una especie de renuncia. Renuncia a lo que se era hasta ese instante… a lo que parecía darnos forma… Y en última instancia, aunque se hiciera con el fin contrario, renuncia a nuestro sentido más profundo.

¿Debió entonces Tom comerse a Jerry?

¿Era ese el paso necesario para alcanzar un nuevo sentido?

Pues no creo que sea tan simple, si soy sincero.

Y es que el problema de fondo en todo esto, es, en gran medida, que no se tiene hambre… -ni hambre de Jerry, ni hambre de ser-, y que se ha decidido mirar al ratón, en vez de mirar al mundo.

No haga usted entonces como Tom –no diré aquí como Jerry pues este es simplemente la excusa-, y cómase hasta a sus hijos, si es necesario, cuando llegue el verdadero hambre.

Recuerde que se trata, sin duda, de una oportunidad única.

1 comentario:

  1. Tal vez el verdadero personaje molesto era Jerry, tal vez lo que quería Tom es que no lo molestaran.
    Idea que se desarrolla en el gato y el ratón que ven Los Simpsons.
    A veces Tom y Jerry eran aliados.

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