“Ella era un alma más o menos buena,
pero el mundo está lleno de almas
más o menos buenas,
y mira donde estamos…”
Ch. B.
pero el mundo está lleno de almas
más o menos buenas,
y mira donde estamos…”
Ch. B.
*
Hay gente que desaparece.
Las ves en una esquina,
intercambias unas frases
y hasta a veces sonríes.
Luego desaparecen.
No es metáfora.
No es que no los veas.
No es que los olvides.
Ellos sí desaparecen.
Se esfuman.
Ya no están.
*
Los que no desaparecen son más,
por supuesto.
El hombre del negocio.
La mujer de la esquina.
O la anciana que alimenta al perro,
por ejemplo.
No sé si son mejores
que aquellos que desaparecen.
Sinceramente, no lo sé.
Creo que ellos,
sin embargo,
también lo desconocen.
*
En resumen:
Hay gente que desaparece,
y hay gente
que no desaparece.
Sin embargo,
todo a quién se le pregunta
cree pertenecer al grupo
de los que no desaparecen.
Y es que quizá,
pienso ahora,
los que no desaparecen
también desaparezcan
de alguna forma
para los desaparecidos…
Es decir,
puede que se trate
de simples bifurcaciones ,
y que a fin de cuentas
todos estemos destinados
a una misma desaparición.
No es metáfora.
No hablo de muerte.
No hablo de alejamientos.
No hablo de olvido.
Hablo de desaparecer,
simplemente;
hablo de no ensuciar.
De salirse del juego.
De evitar complicaciones.
*
Suele ser buena
la gente que desaparece.
O más o menos buena,
al menos,
para no exagerar.
De esos que no hacen daño,
me refiero,
y que dejan cada cosa
en el sitio establecido.
Hacen la cama en las mañanas.
Planchan sus camisas.
Lavan los platos en que comen.
Con eso basta.
Y es que de cierta forma
ya estaban medio desaparecidos
antes de desaparecer…
Es decir,
saben que no hay nada.
Y eso los tranquiliza.
Y claro…
sería injusto, ahora que lo pienso,
seguir hablando de ellos…
Mejor dejémoslos tranquilos.
Y desaparezcamos también.
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