lunes, 19 de diciembre de 2011

El animal improbable.

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“Para mí no hay duda alguna.
Ni una duda de que este momento,
visto desde después
y sobre todo desde lejos,
ha de chorrearme entero
con la vida intensa que ahora vivo,
hoy, en este mismo instante vivo
y no sé”
Juan Emar.
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Se equivocan todos aquellos que hablan de forma rotunda sobre cualquier tema.

Más equivocados que ellos, sin embargo, están los que hablan de forma rotunda sobre temas que están relacionados con los seres vivos.

No importa la época o la intención que se tenga, ni el área a la que apunte el discurso, lo único importante es que nada certero puede decirse de ellos, pues todo resulta ser improbable y difuso, como su propia existencia.

Pienso por ejemplo en Plinio y su Historia Natural, o en Wingarden, o hasta en Darwin, y siento pena por todos aquellos que han creído honestamente en aquellas palabras y sobre todo por quienes no supieron darse cuenta del engaño, cuando era tiempo.

Y es que poco puede decirse de aquello que cree estar vivo. Es decir, de aquello cuya existencia se distancia del permanecer invariable que posee la sustancia que está llamada a ser dicha.

Así, acostumbramos rodearnos de palabras deshabitadas, significados insustanciales o mapas de un mundo que vive en un cambio demasiado constante como paras ser descrito.

Es decir, equivocamos el camino del lenguaje, y arrojamos anclas que estaban atadas a la nada haciendo que todo se fuera a pique, y se desvaneciera al fin, como en un sueño.

Hundido todo, sin embargo, queda a flote un único ser, que está llamado a dar cuenta de aquello inmutable y permanente y que –como decíamos antes-, está llamado irrenunciablemente a ser dicho.

Ese ser, es el animal improbable.

Nunca podrá ser descrito pues estará a flote sin compañía alguna. Y su idioma será secreto y tardío pues no podrá ser oído por ningún ser viviente.

¡Pobre animal improbable!

¿Quién podrá decirle que su voz no es ya necesaria, o que la comprensión es algo inalcanzable?

¿Sabrá reconocer en algún momento su propia improbabilidad…?

¡Pobre animal improbable!

¡Pobres todos nosotros!

1 comentario:

  1. No creo que sea animal...pero,coincido, por principio, debe ser lo único inmutable.

    =)
    Abrazos filosóficos!

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