miércoles, 28 de diciembre de 2011

¡Santas verdades, Batman!

.
.
“Nuestros personajes eran antisépticos,
pero nosotros no”
Burt Ward
.

¿Has pensado quién es uno, Batman?

¿O dónde y para qué es uno?

¡Santos acertijos…!

Yo lo vine a pensar recién hace unos años.

Nada de peleas,
poca acción,
el traje pasado a naftalina,
y comienza uno recién
a pensar en estas cosas.

Debe ser algo así
como el gas de la risa, Batman…
solo que esto no da risa
y hasta asusta…

Quizá sea como el gas de la verdad,
o una especie de embrujo rompe-velos…

¡Santas verdades, Batman…!

¿Te acuerdas cuando se nos ensució el traje…?

¡¿Recuerdas cómo crecía esa mancha?!

Yo creo que eso también fue obra
de un villano,
aunque no lo descubrimos nunca.

¿Habrá sido ese finalmente
el gran villano?

Porque todo comenzó a gastarse después,
según recuerdo:
Alfred en el geriátrico,
Gordon retirado,
el Batimóvil sin repuestos…

¡La vida sin repuestos, Batman…!

¡Santas verdades…!

Si hasta el Guasón se puso serio,
¿te acuerdas?

Como si la mancha esa
se hubiese venido a instalar
definitivamente en todos…

Y claro,
yo creo que eso nos pasó
simplemente porque dudamos
si había o no algo
detrás del antifaz,
y restregamos la mancha tan fuerte
que terminamos pegando el traje a nuestra piel
y la mancha llegó a nosotros…

¡Santas tragedias, Batman!

¡Santo daño…!

¿¡Cómo iba a uno a sospechar
que el daño se lo hacía siempre
uno mismo!?

El hombre murciélago…

El chico maravilla…

¡Qué ironía!

Nunca hubo malos
ni buenos,
solo inocentes…

¡Santos descubrimientos…!

¡Santas y extrañas verdades!

Los inocentes deben cargar
con su inocencia, Batman…

¡Santos acertijos…!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales