Poco importa de quién se trate. Vivir bajo el microscopio es siempre una forma extraña de existencia. Ser excluido del resto, separado de todo aquello que parece no ser parte de uno, pero que en definitiva suele estar ligado por un gran número de vasos comunicantes, y nutriendo, de esta forma, nuestra propia vida.
Lo peor de todo, sin embargo, es que vamos solos hacia el microscopio. Es decir, buscamos ser observados, independientes, distintos al resto, porque nuestra interioridad nos lo exige.
-¿A qué tipo de existencia se refiere? –pregunta entonces el señor retórico.
Y claro, uno piensa que la mejor forma de explicarlo es estableciendo una comparación entre dicha exigencia y la forma en que se vacía una tina llena de agua, tras sacar el tapón. Una especie de llamado, entonces, una fuerza que nos obliga a ir hacia el microscopio, quién sabe si para vaciar al mundo.
Con todo, cada uno de nosotros va hacia el microscopio por un desagüe distinto, y una vez bajo el lente nos sentimos importantes: dichosos o sufrientes, quizá, pero ante todo centrales… protagonistas de una historia en la que no sucede ya acción alguna, pues bajo el microscopio tampoco tenemos movimiento.
De esta forma, nos confundimos creyendo que todo en nosotros es movimiento, o que nuestra interioridad es la revelación de un mundo que parece estar en constante cambio…
¿Se han sentido así…?
¡Cuánto engaño!
Y es que nada sobrevive bajo el microscopio. Nada permanece ahí de una forma distinta a la agonía.
Además, está el asunto de ese otro que observa al otro lado del lente, esa suposición ante la que nos entregamos creyéndonos únicos…
Ahora bien, ¿acaso no es tener un blog una más de aquellas formas en que elegimos ponernos bajo el microscopio? ¿No es acaso un intento de que alguien centre su atención en nuestras propias ideas o palabras?
Mmm… podría decir que sí, pero la verdad es que no me interesa que me miren a mí directamente.
Después de todo, solo soy parte de un tejido. Una breve porción de algo que muere o agoniza apenas es separado de ese algo mayor que no existe para ser examinado.
¿Quieren llamarlo humanidad? ¿Quieren seguir pensando que su interioridad es un mundo que realmente existe debido a ustedes mismos…?
La necrosis se manifiesta siempre desde dentro hacia fuera…
Pero claro, todos tuvieron miedo de aceptar sus conclusiones.
Lo peor de todo, sin embargo, es que vamos solos hacia el microscopio. Es decir, buscamos ser observados, independientes, distintos al resto, porque nuestra interioridad nos lo exige.
-¿A qué tipo de existencia se refiere? –pregunta entonces el señor retórico.
Y claro, uno piensa que la mejor forma de explicarlo es estableciendo una comparación entre dicha exigencia y la forma en que se vacía una tina llena de agua, tras sacar el tapón. Una especie de llamado, entonces, una fuerza que nos obliga a ir hacia el microscopio, quién sabe si para vaciar al mundo.
Con todo, cada uno de nosotros va hacia el microscopio por un desagüe distinto, y una vez bajo el lente nos sentimos importantes: dichosos o sufrientes, quizá, pero ante todo centrales… protagonistas de una historia en la que no sucede ya acción alguna, pues bajo el microscopio tampoco tenemos movimiento.
De esta forma, nos confundimos creyendo que todo en nosotros es movimiento, o que nuestra interioridad es la revelación de un mundo que parece estar en constante cambio…
¿Se han sentido así…?
¡Cuánto engaño!
Y es que nada sobrevive bajo el microscopio. Nada permanece ahí de una forma distinta a la agonía.
Además, está el asunto de ese otro que observa al otro lado del lente, esa suposición ante la que nos entregamos creyéndonos únicos…
Ahora bien, ¿acaso no es tener un blog una más de aquellas formas en que elegimos ponernos bajo el microscopio? ¿No es acaso un intento de que alguien centre su atención en nuestras propias ideas o palabras?
Mmm… podría decir que sí, pero la verdad es que no me interesa que me miren a mí directamente.
Después de todo, solo soy parte de un tejido. Una breve porción de algo que muere o agoniza apenas es separado de ese algo mayor que no existe para ser examinado.
¿Quieren llamarlo humanidad? ¿Quieren seguir pensando que su interioridad es un mundo que realmente existe debido a ustedes mismos…?
La necrosis se manifiesta siempre desde dentro hacia fuera…
Pero claro, todos tuvieron miedo de aceptar sus conclusiones.
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