miércoles, 2 de marzo de 2011

La forma en que se vive.

.
"He encontrado una niña
en la calle, y me ha abrazado."
César Vallejo
.
Se muere desde dentro
hacia afuera,
me dijeron,
y yo,
como a veces soy triste,
sólo oí malos presagios
en aquellas palabras.

Y claro…
pasé años arrojando migas
en mis caminos,
restos de algo que fue
o que no fue,
pero los pájaros no hicieron
diferencias,
y la vida fue entonces similar
a cosas que vivías
y perdías
indistintamente
y de forma equivocada.

Fue así que un día
como cualquier otro,
decidí de pronto
voltear en mi camino
y observé que todo aquello
que creí migas arrojadas
eran trozos de mí mismo
que se habían desgranado.

¡Los pájaros comieron de mí!
grité entonces,
y hasta espanté a los que se acercaban
a picotear en el camino,
y recogí los trozos esparcidos
y los metí por un agujero que encontré en mi cabeza
como pequeñas astillas
que quemaban.

El problema de esto,
sin embargo,
es que tras voltearte
comienzas de a poco a quedarte
en un sitio
que se convierte al mismo tiempo
en el centro
de ninguna parte.

Y es que no nos movemos
sino en el centro de las cosas,
y entendemos tan poco
de todo esto
que estar en aquel sitio
es también estar prisionero
dentro de las cosas mismas.

Ahora bien,
más allá de estos estados
que nos sitúan indefinidamente
y hasta cierta forma
nos anulan,
existe algo que debe iluminar
algo así como un camino correcto
y que delimita en parte
la dirección en que se vive.

No digo que sea única
por supuesto,
ni compleja…

De hecho,
yo creo que existe
de una forma evidente
aunque secreta,
así como los pájaros cuando llevan una fruta
y arrojan la semilla
para que crezca un árbol.

Es decir,
no sólo se muere, desde dentro
hacia afuera,
sino que hasta la dirección en que se vive
se permite a veces
tomar esas mismas rutas
y sorprendernos.

Y claro está que uno se equivoca
y sufrimos de una manera tan tonta
que hasta da risa,
y tratamos de entender
por qué el sol sale por un sitio
y desaparece por otro,
pero el árbol que nada pregunta
es quien mejor comprende.

Y es que a fin de cuentas,
la dirección en que se vive
no es distinta
de la dirección en que se muere,
pero entre ambas
hay algo tan obvio
que no vemos…

Quizá un día,
mientras caminamos
hacia algún sitio
nos encontremos de golpe con aquello,
y todo será tan extraño
y hermoso,
que no vale la pena escribirlo aquí
y robarles la sorpresa.
.

3 comentarios:

  1. que sabio es el arbol
    que nada se pregunta

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  2. A veces, cuando leo algo hermoso u observo algo hermoso, o escucho algo hermoso, cuando me devoro la belleza, o creo que me devoro belleza,pienso que me he encontrado con "aquello", dura un instante.

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  3. Eso de comerse las migas, q son uno mismo es como pal oscar... o pal juan o pedro. Fuera de leseos tontos, buena frase señor de barba cervecera.

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