domingo, 20 de febrero de 2011

Se llamaba Soledad y estaba sola.

.
I.

Se llamaba Soledad y estaba sola.
Y eso le daba rabia.

Yo la veía siempre sentada en el mismo banco
en una plaza
leyendo historias de superhéroes
y anotando cosas en una libreta,
con una actitud que parecía agresiva,
y con el ceño fruncido.

Fue entonces que encontré la libreta
y que supe que se llamaba Soledad
y que estaba sola
y que eso le daba rabia.

En la libreta también había dibujos
y las hojas estaban divididas como en un diario,
pero no quise leer nada más
que aquello que ya les dije.

De todas formas,
para que no se sintiera mal
le dejé la libreta bajo el banco
al que iba a leer historietas
en cuanto vi que ella se acercaba.

Luego
esperé a que la encontrara,
y con un plan en mente
me acerqué a hablarle.

Mi nombre es Vian,
le dije.

¿Y estás bien?
me preguntó.

Yo contesté que sí.

Entonces ella dijo que tenía sentido,
que sí me llamaba Vian
lo lógico es que estuviera bien.

Por último,
me propuso que nos juntáramos los martes
luego del colegio,
y hasta me contó que se llamaba Soledad
pero se guardó la otra información
referida a su nombre
que yo había encontrado en la libreta.


II.

Pasó el tiempo y me hice amigo de Soledad
y me enseñó a Green Arrow,
a la Doom Patrol
y hasta a Sandman.

Entonces nos sentábamos a hablar
mientras ella elaboraba teorías
sobre la necesidad del nombre correcto
o del traje,
para hacer de un personaje
alguien realmente interesante.

Y claro,
llegó el día en que me planteó aquella relación
que existía entre su nombre
y su condición,
y si bien no logré apreciar
plenamente su rabia,
me di cuenta que algo más había
tras aquel asunto.

Y es que, tras contarme aquello,
estuvo sin aparecer como dos meses
y luego sólo apareció para venir a despedirse
uno de esos martes en que yo seguía insistiendo
en esperarla.


III.

Me hice un traje de superhéroe,
me contó,
hace tiempo que llevaba los diseños
escondidos en mi libreta.


Utilicé a escondidas
una máquina a coser
en casa de una tía
y fui agregando uno a uno
los accesorios que había imaginado.


No estaba tan loca
como para usarlo,

continuó,
no en las calles al menos
ni combatiendo criminales,
pero el caso es que extravié la libreta
en el colegio
y mis compañeras se enteraron.


Así que en vez de superhéroe
terminé con un sobrenombre muy feo

concluyó,
y me cambiaron de colegio
y me vengo a despedir.


Sólo entonces me fijé
que junto a Soledad
estaba alguien que quizás era su padre
esperándola
y que ella extendía la mano
y que yo no tenía nada que decir.


IV.

Con el tiempo,
y en aquel mismo lugar,
comencé a investigar a las chicas
que venían vestidas
con el uniforme que usaba Soledad,
pues quería averiguar,
sin tener que preguntarlo,
cuál era el sobrenombre tan feo
que le habían puesto.

Fue así que escuché
tras algunas semanas,
que ellas hablaban de una ex compañera
que sin duda era Soledad
y que ellas nombraban, entre risas,
como el monstruo del lago nerd.


V.

A pesar de lo que le pareció a Soledad
yo no encontré tan feo
lo del monstruo del lago nerd,
pero claro,
sucedía que para ella
el asunto ese de los nombres
era demasiado importante.

Además,
según me enteré,
le habían hecho hasta un cómic
donde el monstruo aparecía vestido
con sus propios diseños.

Quizá por eso,
y para convencerla que aquello de los nombres
tenía también su lado simpático,
estuve hartas semanas intentando hacer dibujos
para una historia tierna
sobre un monstruo del lago nerd
que me descubrió un mundo
que hasta entonces desconocía.

Fue así que haciendo aquello,
que podría considerarse
mi primer libro ilustrado,
me di cuenta que escribiendo
era la mejor herramienta que tenía
para poder acercarme a lo que siento
y descubrirlo.

Pero bueno,
ella nunca vio aquel librito,
y hablar de lo que descubrí o no descubrí
que sentía
era tarde incluso
en ese entonces.

Sólo supe de ella que se llamaba Soledad
y estaba sola,
y que escribir podía servir
a veces
para transformar la rabia
o la tristeza
en algo plenamente distinto
y darle un nombre nuevo.
.

5 comentarios:

  1. Don Vian, tengo una amiga a quien le calzaría muy bien esa historia.
    Se llama Soledad
    y a veces esta sola
    y a veces le da rabia
    y muchas veces le da por escribir y dibujar
    Le voy a contar, para que venga a leer
    :)

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  2. Hola, yo soy soledad
    violeta me pasó el dato
    parece que así son las soledades

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