martes, 30 de noviembre de 2010

Disonancias, quizá.

.
"Cuando los dioses quieren
destruir a alguien
primero lo ponen furioso"
I.

Conocí a un hombre que se vino abajo
Mientras intentaba regar su jardín.
.
Abrió la llave
Y esperó
Pero las cañerías sólo crujieron
Como si se estuviese quebrando algo
Al interior de un cielo vacío.

Entonces el hombre se tapó el rostro con las manos
Y cayó de rodillas en el pasto demasiado crecido
Y lleno de malezas
Pero ni siquiera entonces brotó el agua.

Yo veía eso junto a otros chicos
Todos bordeando los seis años de edad
Y entendiendo muy poco de todo aquello.

Por la noche
Contamos en nuestras casas sobre aquel hombre
Y pensábamos que era estúpido
E incomprensible
Ponerse así porque no brotara el agua.

Es decir:
Primero nos asustamos,
Luego nos reímos de él.
Y por último,
nos olvidamos del asunto.
.
II.
.
Asistí a numerosas iglesias
Hace años.

Me bauticé católico, mormón,
Y hasta hice clases de estudios bíblicos
En varios tipos de iglesias evangélicas.

Estudié la Biblia con los Testigos de Jehová
E incluso hablé en lenguas en una iglesia
Un poco más extraña
Que no quería dejarme ir.

Por fin,
Luego de leer la Biblia en numerosas ocasiones,
Me sorprendí dándola vuelta
Y moviendo sus hojas,
Como si esperase que cayese de ella
Algún secreto o una palabra
O una llave.

Pero nada cayó.

En resumen,
Sucedió que en vez de sacerdote, pastor, o misionero
Terminé siendo padre de un chico hermoso
Y a pesar de la luz que eso hecho transmitía
Y transmite
Los nudos y enredos propios
De todo aquel que busca a tientas
Algo a qué asirse
Me arrojaron a tierra
Como devuelto por una ola
Extremadamente agresiva
Y amarga.
.
Y sí
Supongo que ese es el resumen
Que conviene hacer acá.
.
Permítanme esa dignidad
Al menos.
.
III.
.
Hoy
Sin embargo
Carente del orgullo de antaño
Aunque con el mismo genio
Permíteme
Oh pulpo Paul
Contar la historia de una manera distinta.
.
No te enfades con este siervo
Que ha demorado en entender
Aquello que estaba escrito hasta en los pergaminos
Que se venden a más bajo precio
En las ferias artesanales
Menos sofisticadas de Santiago.
.
Y es que hoy, pulpo Paul,
Me postro ante ti
Y dejo mi vida en tus tentáculos.
.
Así, gran cefalópodo,
Pongo la palabra vida y la palabra muerte
Dentro de las cajas que debes elegir
Y me dispongo a seguir tu consejo.
.
Acerca entonces,
Oh conocedor del porvenir,
Una de tus ocho prolongaciones
Y muéstrame el camino
Que conduce hacia algún sitio
O hacia todos.
.
Permíteme ser partícipe
Así
De aquello que es acaso el único sentido
Que nos queda
Y contar nuevamente, aquella historia
Para comprender la mía.
.
IV.
.
Conocí a un hombre que se vino abajo
Y he de decir que no era en absoluto distinto
(Aquel hombre)
A cualquiera de nosotros.
.
Busqué entender
Y prevenir
Y sólo encontré a alguien que me dijo
Que los dioses han de poner furiosos
A los hombres que quieren destruir.
.
El caso es que yo
Por supuesto
No estoy furioso en lo más mínimo
Por lo que presumo que los dioses
Me ignoran.
.
Sin embargo,
El hombre que desea destruir a los dioses,
Pienso yo, conmutativo,
Ha de ponerlos furiosos de alguna forma
Primero.
.
Y bueno...
No sé qué piense usted
Querido lector
Pero escupir el rostro de quienes amamos
Me ha parecido siempre
Una opción extremadamente válida
Para este efecto.
.

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