martes, 9 de noviembre de 2010

Nueva teoría del pliegue, o teoría de Vian. (Parte III)

"No es el caso que si Dios existe
entonces castigará a los buenos.
Por lo tanto, Dios existe"
Vian, Proto-Lógica, Cápitulo I.

I. Saludos y bla bla.

Buenas noches, gracias por asistir a este tercer encuentro con motivo del lanzamiento de mi nueva teoría, -teoría de Vian o teoría del pliegue, como ustedes recordarán-, y que ha de revolucionar la comprensión de las distintas áreas hasta ahora conocidas del existir humano y bla bla bla, como ustedes recordarán.

Puede que en las oportunidades anteriores mi teoría no haya resultado del todo clara, o que la exposición no haya terminado por convencerlos en demasía –razón que podría explicar la ausencia masiva de parte de sus colegas-, pero lo cierto es que me siento más a gusto así, como en una familia pequeña, y me gustaría compartir con ustedes, mientras paso a mi exposición de hoy, esta nueva cerveza artesanal que he diseñado y que espero les sirva de aliciente para escucharme con mayor atención y respeto.

Sírvanse con confianza.

II. Puntos sobre las íes.

Para la conferencia de hoy, además, he invitado a una serie de amigos que quizá puedan ayudar al momento de desarrollar mis ideas, las cuales, debo reconocer, no han sabido organizarse siguiendo un modelo que facilite su comprensión, sino que, más bien, debo reconocer, han seguido un orden, al menos, extraño.

Y es que mis patrones de razonamiento, les informo, han operado como paradojas de la implicación material, es decir, -si bien constituyen uno y cada uno argumentos válidos para la aceptación de la existencia indemostrable de los pliegues-, es normal que les parezcan absurdos o poco naturales, mientras se vean de forma aislada y no accedan a ellos desde el ángulo que ellos requieren, y dejen de operar con una lógica lineal básica, que imposibilitará el acceso a mi comprensión.

Pero bueno, creo que me alejo nuevamente del tema y yo les hablaba aquí, hasta hace un momento, de mis amigos. De un pequeño grupo de seres que me gustaría presentarles y que viven en mi biblioteca, y que son responsables, en gran medida, de que ella -mi biblioteca, por supuesto- no termine nunca de ordenarse o de establecerse como una estructura comprensible e idealmente simétrica.

Sin embargo, como por su tamaño y su extrema timidez estos amigos nunca serían capaces de instalarse así sin más ante ustedes, he decidido representar a cada uno de ellos a través de una imagen, facilitada por unos calcetines guachos y unos botones que he encontrado dispersos que han de servirle de ojos e inclusive, algunos, de boca -aunque para su voz, claro está, me tienen a mí y no necesitan aditamento alguno-.

III. Los Cromodinámicos Cuánticos.

Sí, así se llama la banda que forman mis amigos que les presentaré a continuación: los cromodinámicos cuánticos.

Una banda que toca una música extraña. La música del pliegue. Una música que es fruto de una libertad ejercida de forma extraña y que me permitiré explicarles brevemente.

Aunque mejor les dejaré a Pepito Quark, para que les explique él mismo ese concepto de libertad que se manifiesta a través de sus extrañas composiciones musicales.

IV. Hablan los Cromodinámicos Cuánticos.

Juanito Quark: ¡Viva la libertad asintótica! Aquella que nos hace libres mientras más cerca estamos los unos de los otros ¡Viva la libertad asintótica! Aquella que nos hace dependientes y nos atrae y nos resta movilidad mientras más nos alejamos los unos de los otros ¡Viva la libertad asintótica...!

Vian: Gracias por tomar la palabra, Juanito, has resultado encantador, pero me gustaría que otra parte de lo que vengo aquí a señalar, sea respaldado por algún otro de ustedes, ¿qué tal alguien, más extraño? ¿Qué tal tú, Pepito Quark?

Pepito Quark: No puedo respaldar nada. Ni la idea del pliegue. No puedo ser argumento de algo que soy yo, porque somos el pliegue. Quarks y antiquarks aunque sin simetría alguna... en pequeñas explosiones que también son pliegues y dejan de serlo al mismo tiempo.

Vian: Comprendemos.

Pepito Quark: No, no comprendes. Un pliegue no es comprensible. Tú sigues rondando una explicación matemática cuando sólo se requiere una explicación aleatoria...

Rafaella Quark: Vian no sabe explicar. Es genio, pero no sabe. Su biblioteca es un mundo no normal y eso altera la función de las premisas.

Vian: ¡Espera! ¿Estás hablando de Kripke?

Juanito Quark: Kripke es antiquark, pero comprende. No sabe, pero comprende. Todo es posible y nada necesario.

Vian: Esto no es justo, los invito por mejor y con ustedes todo parece más difícil de explicar.

Pepito Quark: No con ustedes: desde ustedes.

Juanito Quark: Somos el pliegue y dejamos de serlo. Tu lógica no sirve acá, ni tu Dios ni tus miedos. Y la explicación que buscas entregar, como ya dijimos no es necesaria, sino posible.

Rafaella Quark: Tú en cambio buscas justamente lo contrario. Aquello imposible, pero necesario. Vian es el anti Vian en el no mundo.

Juanito Quark: Sí Vian es el anti Vian y sus explicaciones valen callampa.

Y entonces comenzaron a cantar.

V. Canción de los Cromodinámicos Cuánticos.

El anti Vian.

Vian es el anti Vian
y no lo sabe.

Encontró verdad
y cree que es miel
y no es abeja.

Es sólo el anti Vian
y no lo sabe.

Quiere explicar
y muerde lenguas.

Anti Vian es mordido
y no se queja.

Vian vive en el pliegue
de sí mismo.

Sí, no lo nieguen,
el anti Vian está en el pliegue.

¡Hurra, hurra, hurra up!
La otra la cantas tú.

VI. Hasta mañana.

No sé si tomar lo ocurrido hoy como una burla, o una muestra extraña de afecto. Sé que ustedes no han entendido y que quizá crean que esto se tarta de una chanza, o, en el mejor de los casos, de un absurdo.

Sin embargo, cuando me acuesto mis amigos Quarks dan vueltas entre mis libros, y sus canciones me acompañas en mis sueños, y me es imposible enojarme con ellos.

Hay uno de ellos, por ejemplo, que se niega a acercarse al grupo e impide que se vayan y mantiene abierto el pliegue, y yo incluso siento que a veces me llama...

Mejor hagamos algo.

Hoy estoy algo confuso. Me siento atacado y algo tonto, aunque sólo sea pasajero. Quería llegar a explicar esto sin la racionalidad que buscan ustedes y que parecen siempre exigir de los otros.

(Y no lo digo con recelo o amargura).

Compartamos mejor un rato con la cerveza que queda y con algunas otras cosas que he preparado y que están a su disposición, sobre aquella mesa.

Mañana si quieren pueden someterme a las preguntas que quieran y yo les aclararé aquello necesario para entender mi teoría.

¡Pero que triste sería si todo fuese posible y nada necesario!

Mejor buscar la luz en el pliegue y reconfortarse.
.
Además mañana, -como casi siempre-, será otro día.
.

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