viernes, 19 de noviembre de 2010

El gran calavera, de Luis Buñuel (1949)

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"De los pequeños,
es el reino de los cielos"

Que bellas son a veces las películas menores. Resulta que las ves sin esperar mucho y de pronto terminas riendo y/o llorando como cuando chico te tocaba ver un capítulo mamón del chavo del ocho, o te sorprendías con una novela liviana de amores imposibles, y sufrías o te alegrabas por lo que le sucedía a esos caricaturizados personajes.

Y sí, El gran calavera es una de esas películas menores de Buñuel, una de esas que se quedaron fuera del grupo de las que parecían estar hechas para un público más selecto y propiciaban el deleite de los teóricos que desarrollaron largas críticas e interpretaciones a partir de ellas.

Con esto, sin embargo, no desestimo el grupo de esas grandes películas. Me parecen magníficas, por ejemplo, Belle de jour, Viridiana y muchas otras, pero debo reconocer que he encontrado en las películas menores que Buñuel hizo en México, una especie de fluir natural, un oficio sencillo y leves toques que, sin dejar fuera al espectador común, permiten también abrir un vínculo hacia esas otras grandes obras, a partir de guiones que, en su simpleza, no dejan de mostrar leves detalles que podrían permitir, si alguien se interesara, analizar también estos elementos y fundamentar todo un discurso interpretativo... y etc.

Pero por supuesto, no me interesa eso ahora.

En cambio, veo El gran calavera, sin esperar mucho y disfruto de las simpáticas actuaciones de los hermanos Soler. Me encuentro con los enredos, con toda esa comedia de equivocaciones y de planes que nos muetran aquel mundo como uno más sencillo, más ingenuo... donde las personas aún son definidas como buenas y malas, o pobres y ricas y no hay grandes matices entre ambas.

Veo desarrollarse una historia de amor y unos personajes que parecen tomados de esas telenovelas mexicanas antiguas, llena de valores tradicionales y de situaciones y comentarios divertidos que permiten sostener y hacer agradable, en todo momento, el ritmo de la película.

Es entonces cuando rodeado de libros, con un ensayo a medias que supuestamente va en contra de lo que Baudrilliard entiende por signo, y una serie de actividades que exigen y agotan y te llenan de palabras y términos que siempre me ha desagradado utilizar -bueno, casi siempre-, me sorprendo riendo y disfrutando con aquella película y con el personaje de ese millonario borracho, lleno de bondad que recorre este film de un lado a otro, y termino renunciando ya completamente a ese ensayo que, justamente hace media hora, debía haber enviado como ponencia para una estupidez -pero estupidez rentable al fin y al cabo-, que se desarrollará en una universidad por estos días.

Pero se supone que acá les hablo de la película, así que termino por contarles que ésta, en cierto sentido, fue la que le permitió a Buñuel retomar su trabajo como director, -sin grandes luces en ese momento todavía-, y ser considerado al menos como un trabajador eficiente, económico, y que se adaptaba fácilmente a los recursos financieros presupuestados.
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Otras películas dentro de este grupo de producciones mexicanas consideradas menores -excluyendo a Los olvidados de esos mismos años- y que tienen un "algo" que me ha llamado la atención son La ilusión viaja en tranvía -con un guión trabajado por Gómez de la Serna y José Revueltas- y Subida al cielo, que acabo de ver entre el punto a parte anterior y la coma que se viene a continuación de estas palabras, y que no deja de tener una construcción argumental bastante interesante.

Dejo acá los links que pillé en la red para descargar El gran calavera y quien sabe si algún día le dedico un poco de tiempo a otras de las películas de este director que he visto en el último tiempo y que he dejado un poco olvidadas, como tantas otras cosas.



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