lunes, 31 de mayo de 2010

Lo que no se vio en Mayo.

Se acaba otro mes y entre prueba y prueba que corrijo me hago un espacio para pensar en aquellas cosas que durante el mes tuve intención de nombrar acá, pero al final no alcancé o no valió la pena o intenté abordarlas, pero terminé hablando de otra cosa.
No fueron tantas esta vez. Con el nuevo trabajo me ha quedado un poco menos de tiempo y a la vez estoy tratando de organizarme de la mejor forma. Puede que haya funcionado de cierto modo.
Así que, como pasaba en el Japening, los que no actuaron en Mayo son:
1. Alicia en el país de las maravillas y el subterráneo mundo de Lewis Carroll (tuve que hacer una prueba y trabajar el libro con algunos cursos).
2. Aristóteles habla de corrido, pero corre como tartamudo. (A partir del libro XII y IV de la Metafísica y algunos fragmentos de la Física).
3. Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores. (Versión vista en un teatro de barrio junto a los alumnos de la nocturna).
4. Fruta prohibida, de Dome Karukoski (una película Finlandesa vista en el Festival de cine europeo en la UC).
5. Vueltas en torno al concepto de artista. Y una mirada a A bucket of blood, de Roger Corman. (pillé esa película por ahí y tenía varios elementos...)
6. Crónicas del viento, de Jiro Taniguchi y Kan Furuyama. (Un Manga breve que se centra en un personaje del que me interesan algunos aspectos).
7. Topografía de un desnudo, de Jorge Díaz. (Versión con el lenguaje demasiado vestido, que se da en el Teatro de la UC por estos días).
8...
Mmm... Había pensado que eran menos. Además se me fue la memoria y sólo me acuerdo de estas cosas que son las de la última semana, y que quedaron fuera.
Como sea, se cierra el mes y uno debiera hacer recuentos, se dice.
Vayamos al grano: ¿Estoy mejor?
Supongo. En verdad no lo sé bien. Pero lo intuyo.
(...)
De hecho sí, ando algo mejor. Harto trabajo eso sí, y debo ordenarme en varias cosas.
Por lo pronto algunos proyectos requieren de mi tiempo y de mí, un poco menos disperso de lo que he estado anteriormente.
Del corazón no hablo porque está rabioso.
Y supongo que no ve bien y eso le enoja.
Con todo, creo que soy más consciente de mi propio peso y creo ver más menos por donde va la cosa.
¿Y seguiré escribiendo acá?
Creo que sí. De cierta forma me ayuda y no me he dado de alta todavía.
Y si bien cuando toca hablar de mí siempre hay algo que me incomoda -y es que en mostrar lo mío soy a veces como una mujer que usa la falda bajo la rodilla-, lo cierto es que siento que me ha hecho usar más mi propia voz. Avergonzarme a veces de como suena, es cierto, pero siento que podría reconocerla en prácticamente cualquier lado... y sí, siguiendo con la analogía de la mujer y la falda hasta bajo la rodilla, tendría que agregar que, a pesar de lo anterior, he aprendido a mostrar mis pantorrilas, y hasta me siento, en ocasiones, orgulloso de ellas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales