viernes, 7 de mayo de 2010

Danger Diabolik. Héroes y antihéroes.


Debo admitir que me entusiasman más que a mi hijo algunas historias de súperheroes. Por más que le regale algunas figuras o que se entusiasme con algunos cómics, o álbumes, juegos, o algunas películas relacionadas, lo cierto es que, si bien le gustan bastante, sigo encabezando yo la lista del fanático de la familia.

Cada uno tiene sus predilecciones, y, más allá de que uno se identifica con los mismos súperheroes de siempre, poco a poco le muestro algunas historias un poco más complejas o leemos derechamente una novela gráfica.

Así hemos ido rotando entre algunos que le han gustado bastante: algunos especiales de Batman, Coraline, de Gaiman -motivado por la película, por supuesto-, entre otros.

A modo de cambio yo también lo acompaño viendo algunos de sus monitos, -lo que de pasada me deja al día para no ser sorprendido por mis alumnos-, y generalmente vamos rotando entre quien elige las series o películas que vemos habitualmente.

Así por ejemplo ya hemos visto varias de Jackie Chan, algunas de Miyazaki, varias horas de Bob Esponja o el súper agente Cobra, por nombrar algunas en las que hayamos coincidido mayormente en los gustos.

Hoy me toca elegir a mí así que preparo una rareza antigua, la película de Danger Diabolik.

Esta película está basada en un cómic italiano creado por dos hermanas cuyo apellido no recuerdo ahora, pero que no tuvieron reparos en admitir que gran parte del estilo de su personaje había sido tomado de Fantomas, aunque, según mi parecer, supera por mucho a ese otro personaje.
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Y es que el personaje de Diabolik sobresale en todos sus aspectos. Ya desde su historia, Diabolik, siendo huérfano, es llevado a una isla y entrenado por una extraña secta. Pero el entrenamiento que se le dio, no fue precisamente para ser un héroe. Diabolik fue entrenado en las artes criminales, se le enseñó a ser frío, a matar sin contemplación, a fijar claramente sus objetivos y no dudar en utilizar cualquier medio para alcanzarlos. Quizá por lo mismo, y por ser obviamente el más destacado de los discípulos Diabolik logra huir de la isla, no sin antes dar muerte a todos sus maestros y adoptando el nombre de la pantera que era la mascota de los criminales.
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Una vez fuera del lugar, el personaje no dejaría de atacar policías y a grandes grupos de mafiosos, quienes eran su competencia directa en el negocio que siempre consistía en despojar a los ricos, o al estado, de sus bienes económicos.
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Es así como este nuevo Robin Hood, dotado además de una pinta perfecta y una pareja que uff... -ya me imagino la cara del fresco de mi hijo cuando vea a la actriz en la película-, atraen a partir de su frivolidad, de su anarquía, de su ataque a la justicia y a las leyes establecidas.
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Es cierto, son los malos, pero tampoco hay buenos en la serie, los policías que los persiguen son también gente calculadora y ruin, sólo que de una forma distinta. La naturaleza humana es prácticamente la misma en cada uno de ellos y sólo varía la pulcritud y el modo perfecto en que actuará Diabolik en cada una de sus misiones.
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La película, por lo demás, recoje el estilo de la psicodelia de los años 60, rico en contrastes de colores, quizá con un parentesco lejano con el Batman de Adam West, aunque con una mirada que hubiese sido censurada en Nortamerica, tanto por la forma que adopta su contenido, como por el fondo amoral de este anti-héroe, preocupado exlusivamente del sexo, el dinero, y el desarrollo de un estilo incomparable, que no he visto reflejado prácticamente en casi ningún cómic de esos que se dicen van en contra del establishment... V de Venganza incluido...
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Así que me organizo para que salga buena la película de hoy, arreglo el ambiente para que también adopte algo del kitsch del que rebosan las imágenes, busco una revista italiana de Diabolik que tengo en mi biblioteca y que no encuentro por ninguna parte, arreglo los parlantes por donde saldrá la música de Morricone -una música tan absurda y pésima que terina por enriquecer aún más el ambiente y las acciones- y hago todo lo posible para que mi hijo se anime y descubra otro personaje, y quién sabe, quizá ahora tendremos un nuevo referente que nos una un poco más, hasta que nos decidamos de una vez por todas a actuar como héroes o anti-héroes, en equipo, por que el verdadero heroísmo está en el atreverse a ser otro en compañía de otro, a formar un equipo que conoce un secreto que los demás no saben, y mirarlos distinto, y reírnos. desde ese espacio que da el saber que los otros desconocen algo que guardamos entre ambos.
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Recuerdo entonces una vez que viajamos en bus con mi hijo. Íbamos hacia Valdivia y pasó la persona encargada de anotar nuestros nombres. Con mi hijo nos miramos solamente pues íbamos leyendo una vieja revista de Batman donde salían esos nombres y entonces los dimos: Bruno Díaz, dije yo. Ricardo Tapia, dijo mi hijo. Y el tipo no sospechó nada porque en esto de ser héroes, y de ser equipo, estamos un paso adelante, después de todo.
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*** Aprovecho de dejar los links de la película, por si alguien se interesa.

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