viernes, 14 de agosto de 2020

Sísifo y Nósifo.


Mientras Sísifo sube la roca,
Nósifo está acostado, bajo la pendiente.

Está cómodo y seguro,
pues encontró un lugar a la sombra,
alejado de la ladera por la que cae la roca
que intenta subir Sísifo,
una y otra vez,
quién sabe para qué.

Y es que Nósifo
nunca quiso ser rey
y nunca pensó siquiera
en aumentar su riqueza.

Tiene una piedra a su lado,
pero nunca ha intentado moverla
en lo más mínimo.

De hecho,
hay musgo sobre la roca de Nósifo
y hasta unos bichitos
de extraños colores
han comenzado a vivir ahí
desde hace algún tiempo.

Quién diría, al observarlos,
que Sísifo y Nósifo
son hermanos…!

Para encontrar siquiera un parecido
habría que detener a Sísifo,
o tal vez mover a Nósifo
pues de la forma en que se encuentran
no existe modo alguno
de compararlos.

Mientras tanto,
podríamos decir que Sísifo al menos
ha desarrollado una buena musculatura
con tanto ajetreo…
pero también es cierto
que se le ve cada día
más cansado.

Nósifo, por su parte,
si bien luce feliz
a primera vista,
parece algo descuidado,
y a veces aparente ser una cosa más
abandonada en la ladera.

¡Extraña imagen la de Sísifo y Nósifo…!

Varias veces,
he intentado contar algo sobre ellos,
pero cada día me convenzo más
que ninguno de nosotros
tiene realmente
una historia.

Me refiero
a que nada tenemos,
más bien,
fuera de nosotros mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales