viernes, 28 de agosto de 2020

Técnica.



Para ingresar nos hicieron dibujar a un hombre en una silla.

Tres horas, de tiempo.

Papel y carboncillo.

Después de intentarlo varias veces decidí dibujar cualquier cosa.

Elegí un tazón cuadrado, que estaba en una mesa, atrás del hombre sentado en una silla.

Ni siquiera dibujé soportes.

Solo la taza cuadrada.

Neutra.

Lisa.

Sin perspectiva.

De hecho, creí que era yo el único que sabía que aquello era una taza.

Pasaron entonces viendo los trabajos terminados.

Anotaban cosas en libretas, a veces cruzaban un par de palabras con quienes habían dibujado.

Yo estaba serio porque estaba molesto.

Quería irme, digamos, mientras esperaba mi turno.

Mientras esperaba, el hombre de la silla se puso de pie y comenzó a elongar.

Supongo que para desentumecer los músculos luego de tanto tiempo en la misma posición.

Fue en uno de esos movimientos cuando accidentalmente el hombre golpeó la taza cuadrada y esta cayó al piso, quebrándose.

Todos miramos hasta que recogieron los restos.

Entonces llegaron a ver mi dibujo.

-¿Qué es eso? -preguntaron, con respeto.

-Algo que ya no existe -dije yo, por sonar interesante.

Los hombres se miraron entre sí y uno le murmuró algo al otro.

Yo mantuve mi postura.

-No dibujó nada más -dijo otro.

Como no sabía si era una pregunta o una acusación me quedé en silencio.

Se acercaron entonces otros dibujantes a observar.

Todos estaban serios y parecían discutir si aquello era o no una taza.

-¿Nada más? -preguntó a hora sí uno de ellos, mientras anotaba en una libreta.

-Nada -respondí-. Todo lo demás todavía existe.

Luego, mientras pasaban a ver el dibujo de quien estaba a mi derecha, preferí salir del lugar.

Era una oportunidad digna, pensé.

Días después me enteré, de pura casualidad, que fui seleccionado.

De todas formas, decidí no asistir, finalmente, a aquel curso.

Y es que decidí llevar mi técnica, digamos, al ámbito de la escritura.

Y en eso estoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales