domingo, 24 de marzo de 2019

Otra de las cosas en que no vale la pena pensar.


I.

No sé si esas ropas, pensé, estarán secas para mañana.

Apenas lo pensé, claro, me arrepentí.

Y es que esa es otra de las cosas en que no vale la pena pensar.

Ya había hecho una lista con esas cosas y esa era, palabra por palabra, una de las primeras que anoté.

No sé si esas ropas, había anotado, estarán secas para mañana.


II.

No quiero hablar, sin embargo, de aquella lista.

No está terminada y supongo que son advertencias que funcionan solo a nivel personal.

La escribí para recordar que hay pensamientos que apagan el verdadero conocimiento.

Y en esos pensamientos, por supuesto, no vale la pena pensar.


III.

Me refiero a que puedo calcular que estarán secas.

O incluso que no lo estarán.

Pero mi tacto es ahora.

Mi piel en contacto con la humedad de la ropa es ahora.

Y pensar si para mañana estarán secas, entonces, viene a destruir ese contacto.


IV.

No debiéramos tener ese don.

El don de proyectar, me refiero.

Apostar al futuro, sí, pero no proyectar.

No deducir.

Y es que le quita maravilla al asunto.


V.

Mejor así: despertar e ir a tocar la ropa.

Está la ropa seca, sentir.

O: está la ropa mojada.

Que todo sea una sorpresa, me refiero.

Que absolutamente todo nos sorprenda cada mañana:

¿La cama está vacía?, por ejemplo.

¿Cantan los pájaros esta mañana?

¿Duele o no duele, el corazón...?

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