martes, 5 de marzo de 2019

El sueño de las papas con brotes.


-Soñé que mi refrigerador estaba lleno de verduras –dijo D-. Un montón de verduras desde hace mucho tiempo.

-¿Verduras podridas? –preguntó G.

-No podridas, necesariamente… no en descomposición, me refiero…

¿Y entonces?

-Pues no sé… por ejemplo, lo que más había eran papas con brotes muy largos…

-¿Papas con brotes?

-Sí… como con esos tallos que le crecen, cuando las dejas mucho tiempo…

-Ya… ¿pero qué hacías con esas papas?

-¿En el sueño?

-Claro, en el sueño.

-Recuerdo que las tomaba desde el refrigerador, mientras lo mantenía abierto… y las miraba… me acuerdo porque las alumbraba la luz del refrigerador…

-¿La luz que se enciende cuando lo abres?

-Sí, esa…

-¿Y…?

-Luego las miraba… tal vez pensando si podían comerse o no… con esos brotes… pensando si eso era bueno o era malo…

-Si era bueno o era malo qué… ¿qué tuvieran brotes?

-Sí… no bueno o malo para mí, en todo caso… si no para las mismas papas… para el refrigerador incluso… no sé bien cómo explicarlo…

-¿Y llegabas a alguna conclusión?

-Pues no… en el sueño no… solo pensaba que tal vez no era bueno comerlas, porque las imaginaba amargas…

-…

-De todas formas la clave era que no sabía si era realmente algo malo… pasando de mí, me refiero, y de los efectos que me produjera…

-…

-Me refiero a que me cuestionaba en el fondo si aquello era malo para el mundo si quieres… para el universo incluso…

-¿Y todo eso por una papa con brotes, en un sueño… y bajo la luz de un refrigerador?

-Pues sí… más o menos… ya sabes como soy…


-Sí… ya sé cómo eres… -dijo G., acercándose a D. y besándolo en la mejilla-. Como una papa con brotes.

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