jueves, 18 de enero de 2018

Un gato rondaba la casa del inventor.


Un gato rondaba
la casa del inventor.

Estaba en busca de un ratón,
que había visto dentro,
al mirar por la ventana.

Fue así que una mañana
con semblante muy siniestro
el felino fue al encuentro
del avistado roedor.

Y el gato entonces entró
a la casa del que inventaba.

Buscó en la cocina y no lo halló
también buscó en los armarios…
donde podía él escarbaba.

Por fin, cuando nada hallaba
no vio un ratón, sino varios
y frío como un sicario
a matarlos se dirigió.

Y el gato ahora cazaba
en casa del inventor.

De un golpe atrapó un ratón
que estaba sobre una manta
caminando despistado.

Se lo comió de un bocado
pues tenía hambre tanta
que en mitad de su garganta
el ratón se le atoró.

Y el gato casi se ahogó
en casa del que inventaba.

Por suerte escupió al ratón
al primer o segundo intento
y se quedó sobre la alfombra.

Al verlo el gato se asombra
pues el plato tan suculento
era un robot… ¡no miento!
que ahora se destruyó.

Y el gato se cuestionaba
en casa del inventor.

Al final el gato salió
del lugar muy confundido
casi haciendo filosofía.

Y si él mismo no existía
se dijo medio perdido,
si tal vez hasta sus latidos
están hechos por un reloj.

Y el gato así descubrió
quién era el que lo inventaba.

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