martes, 16 de enero de 2018

Inflar globos (Educación sentimental III)

“La naturaleza sabe lo que hace”
Clarice Lispector

Inflo globos, pero no los sé anudar.

Más allá de eso, creo ser bueno en lo que sé.

Es decir, el inflado es rápido y reconozco el momento exacto en que hay que dejar de soplar, para que el globo no reviente.

Más allá de eso, no me preocupo mucho más.

Es decir, no me preocupa para qué usen los globos.

Tampoco me interesa que reconozcan mi labor.

Simplemente los inflo y busco entonces alguien a quien pasarlo que lo anude o vea qué hacer con aquello que he hecho.

Entonces, entregado el globo comienzo de inmediato a inflar otro.

No me mareo, al hacerlo.

Tampoco me cansa en demasía.

De hecho, suelen cansarse antes los que anudan.

Por lo mismo, en ocasiones no encuentro a quien entregar y trato yo mismo de anudarlos.

Gran error, lo confieso.

Y es que no soy bueno para eso.

Y debiese no olvidar, que no soy bueno para eso.


Una vez alguien que me vio inflar globos me dijo que lo hacía de forma extraña.

Que no parecía tomar aire para inflarlos, fue o que me dijo.

No le di importancia en ese instante, pero luego me di cuenta que era cierto.

Debo tener reservas de aire dentro, he concluido con el tiempo.

En compensación por la ineficacia en los nudos.

Creo que era Clarice quién decía, que la naturaleza sabe lo que hace.

Linda, Clarice.

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