lunes, 8 de enero de 2018

El hombre que se suicidó dos veces.


I.

Fueron a pescar y encontraron un muerto, como en el cuento de Carver.

Estaba en la orilla del río, aprisionado entre unas rocas.

Le sacaron unas fotos y uno de ellos llamó a la policía.

Tras un par de horas llegó la policía y unos cuantos periodistas de tv.


II.

Los entrevistaron a todos, pero luego no salieron por tv.

Al parecer debían dar primero su declaración ante un fiscal de la república.

Y es que descubrieron que el muerto tenía dos agujeros de bala en la cien.

Como si se hubiese suicidado dos veces.


III.

Ese fue el titular de un diario al otro día.

Encuentran en río a un hombre que se suicidó dos veces.

Y si bien podía sonar a broma, en la noticia se abordó seriamente esa hipótesis.

De hecho, con el tiempo, fue así como se cerró el caso.


IV.

Ellos siguieron de cerca el caso, pero les prohibieron hablar con la prensa.

En tanto, un doctor salió en tv hablando sobre la posibilidad de dispararse dos veces en la cien.

Se comentó también, a modo de anécdota, sobre los decapitados que seguían vivos durante un tiempo.

Y hasta acompañaron la nota con imágenes de una gallina descabezada, corriendo de un lugar a otro.


V.

Ellos fueron a pescar un par de veces más y surgió nuevamente el tema del muerto.

Esto trajo problemas, pues algunos simplemente no querían hablar y otros creían que se había ocultado algo.

Sea como sea si está muerto es que se lo merecía, dijo uno de ellos.

Fue entonces que comprendieron que debían olvidar el asunto si no querían terminar peleándose, entre ellos.


VI.

El nombre del muerto nunca salió en televisión.

Ni siquiera ellos, que lo encontraron, supieron finalmente de quién se trataba.

Tampoco aparecieron familiares ni información alguna que pudiera dar pistas sobre la identidad del muerto.

Todos se olvidaron del asunto, en resumen, porque no había otra opción.

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