martes, 9 de enero de 2018

En el condominio.


Algunas casas tienen regadores automáticos y cuentan con sistemas para que las luces se enciendan en horas determinadas. Sin embargo, para las otras casas, han contratado a una chica que las enciende manualmente. Es sobrina de uno de los conserjes del condominio y se está quedando en el cuarto chico de la misma conserjería.

Al principio costó que confiaran en ella, pues debían dejarle las llaves, pero al final ella misma propuso que dejaran ciertas luces prendidas y que bastaba con encender o apagar el medidor de luz general, que por lo general está fuera de casa, para que todo funcionara correctamente.

Aun así, hubo un par de vecinos que le dejaron las llaves pues tenían muchas cosas congeladas que podían echarse a perder, y –según entiendo-, todo ha funcionado hasta el momento, sin ningún tipo de problemas.

De las trece casas del condominio, solo tres están habitadas en estos momentos. No cuento la mía porque yo estoy escondido y dejo que la sobrina del conserje encienda y apague las luces como si yo no estuviera. Como tengo comida y cosas para entretenerme no me hago mayores problemas, aunque de todas formas es una situación extraña.

Por la noche todos duermen, pero yo me quedo despierto, aprovechando que hay electricidad… y veo tele en mi cuarto hasta que me da miedo porque pienso que me van a venir a buscar y termino siempre escondido bajo las sábanas.

Durante este tiempo papá me ha llamado un par de veces, pero en el fondo solo quiere saber si sigo aquí. No sé qué cree que hago durante el día, pero probablemente pensará que salgo mucho y que la paso con mis amigos. O vagando por ahí.

Yo lo dejo, en todo caso, que piense lo que quiera. De todas formas, cuando regrese, tengo el presentimiento que no estaré aquí. O que seguiré escondido incluso para él, durante algunos días. Entonces hablará con la hija del conserje y le preguntará si me ha visto y ella dirá que no… que la casa ha estado vacía todo este tiempo y que no me ha visto entrar o salir en ningún momento.

Solo entonces –esté o no esté aquí-, papá revelará un poco para qué le sirvo. Y claro… yo apareceré en ese instante, como si hubiese resucitado, y tomaré esa revelación y trataré de sacar algo en limpio. 

Así, finalmente y sin titubeos, haré de una vez por todas lo que tenga que hacer.

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