“Ángeles con paraguas lo amparen de la
lluvia”
G. M.
I.
-¿Y los niños?
-Los niños se acercan po, hueón… van hacia el mar cuando la ola se
recoge…
-¿Y por qué te molesta eso?
-¡Porque es hueón po…!
-¿Ir hacia el mar?
-No, no eso… pero luego la ola revienta y los chicos arrancan… y luego
retrocede y los niños se acercan otra vez… eso es lo hueón…
-Pero si están jugando…
-Pero es un juego hueón.
-…
II.
-No sé si entiendo… ¿El juego consiste en hallar el centro?
-No. No el centro… el núcleo.
-¿Un núcleo funcional decís tú?
-Un núcleo po, hueón… Un núcleo, no más. Eso digo.
-¿Y si no se encuentra?
-¿Cómo?
-¿Qué pasa si no se puede encontrar el núcleo?
-No se puede po, hueón… siempre hay núcleo, aunque no se sepa.
-¿No hay procariontes, entonces?
-¿Hueones procariontes?
-Claro… vidas procariontes, experiencias…
-Puta… yo digo que no po, hueón… pero tú podís pensar lo que queray…
III.
-¿Sabes cuál es el problema de esa luz?
-¿De cuál luz?
-De la luz al final del túnel po, hueón… de eso estábamos hablando.
-Entonces no… no sé cuál es el problema.
-El problema son los hueones que te esperan atrás de esa luz… los que
te llaman.
-¿Los que está atrás de la luz al final del túnel?
-Exacto… porque en el fondo no son otros…
-¿Cómo?
-Que nos son otros po, hueón… cuando me pasó lo del choque lo vi
clarito…
-¿Qué cosa?
-Vi a los que ye esperan, hueón… junto a la luz…
-¿Y?
-Que no son otros. Son un montón de hueones igualitos a ti… a uno mismo…
-Pero están piola…
-Sí, hasta el momento sí… ¿y sabes? Por eso es también que la gente cuando
va a la luz prefiere regresar…
-¿Para ahorrarse la eternindad con ellos mismos?
-Exacto. No son los otros, además.
-¿Y los niños?
-No sé… deben andar buscando el núcleo.
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