El resultado de los exámenes.

-¿Y, doctor…? ¿Están los resultados del examen?

-¿Cuál examen…?

-El que me tomó hace unos días, para ver las fisuras en las costillas… ¿se acuerda?

-¡Ah…! Usted es Vian… sí, lo recuerdo… el examen… a ver, ¿dónde fue que lo puse…?

-¿No es ese que está ahí, sobre la mesa?

-¿Cuál?

-Ese… el que dice Vian… Usted acaba de taparla con esa otra carpeta que…

-Ah, ese… pues sí, ya ve que está usted bien de la vista… no necesitaba el examen…

-El examen era a las costillas, doctor… radiografías, ultrasonido… ¿recuerda?

-¡Ah…! ¡Claro…! Las costillas… bonitos huesos son esos…

-Eh… sí, bonitos…

-…

-¿No va a ver el examen…? Vine por eso, doctor…

-¡Oh…! Sí… El examen a las costillas… es que sabe, señor Vian… quizá deba decirle algo…

-¿Se trata de algo malo?

-No. No malo. Pero considerando que usted quería saber si sus fisuras podían ser tratadas, debo confesarle que el examen no revela nada en este aspecto.

-¿Nada?

-Nada en ese aspecto, al menos, ya le dije.

-¿Y qué es lo que revela entonces, doctor?

-¿El examen?

-Claro.

-Pues no sé bien cómo decirlo… pero creo que podría tratarse, si tenemos suerte, del exterior de una imagen interior…

-¿El exterior de una imagen interior?

-Sí… no se ocurre otra forma de llamarlo… en la radiografía se aprecia bien…

-¿Puedo verla?

-No. Además no la entenderías…

-¿Por qué no…? Estaba dentro mío después de todo.

-¿Qué cosa?

-Eso. Eso que sale ahí , en la radiografía…

-Pues más difícil aún reconocer qué es de uno, cuando las cosas están dentro…

-¿Y que se supone que deba hacer entonces, con el asunto de las costillas?

-¿Cuáles costillas?

-Las costillas, doctor. No me haga repetir todo…

-Pues no sé... Costillas… Cuéntelas si quiere.

-¿Está hablando en serio?

-Totalmente. Cuéntelas tranquilo.

-Pero no me interesa contarlas… quiero saber si puedo seguir con mis cosas… si esas heridas no traerán nuevas explicaciones…

-¿Y vino para eso?

-Exacto.

-Pues lo lamento, señor Vian. Solo vi el exterior de su imagen exterior, como le dije. Todo lo demás escapa a nuestro conocimiento.

-¿Eso quiere decir que tendré que repetir los exámenes?

-Personalmente creo que no es necesario. Pero si usted insiste…

-Mmm… y puede recetarme, mientras eso ocurre, más calmantes…

-Por supuesto. Todos los que quiera, la calma es buena.

-¿Aún cuando con calma no se diga nada?

-Siempre se dice algo. Siempre se ve algo. Igual que en los exámenes erróneos. Cosas que no veríamos sin ellos, me refiero.

-¿Pero no resulta fome todo aquello? Es decir, ¿no lo siente usted como una pérdida de tiempo?

-El tiempo ya se perdió todo… no sea tan grave, Vian, solo son exámenes, solo son fisuras…

-¿Y la entrada de hoy?

-Déjela pasar y no se preocupe… 

-¿Está seguro?

-Por supuesto... Descanse.