miércoles, 9 de febrero de 2011

Viendo TV.

.
.
I.

Era uno de esos típicos programas televisivos
donde se simula un juicio.

Como siempre,
la jueza parecía ser una mujer sensata
y atractiva,
con un buen manejo de cámara
y unas frases agresivas anotadas en un papel,
para utilizar cuando su indicador se fuera a rojo
señalando que el rating estaba bajo.

Ya había sido el turno de una mujer
que alegaba porque supuestamente
el gran danés de su vecina
había sodomizado a su poodle.

Se habían presentado videos
y hasta testigos
que defendían a la dueña del gran danés
afirmando que el poodle
lo habría seducido.

Y claro,
la jueza había dado un fallo brillante,
utilizando frases sacadas
de la declaración de los derechos humanos
y pidiéndole la opinión a un veterinario homosexual
-casualmente bajito y crespo como un poodle-
que se emocionó hasta las lágrimas
atacando la homofobia, el racismo
y apelando por la tolerancia.

Cómo sea…
el punto es que todo resultó un éxito
y ahora debía presentarse el segundo caso:

Se trataba de una pareja muy humilde
convivientes,
que habían llegado al programa
ya que la mujer demandaba al marido,
por reiterados malos tratos,
incluyendo el haberla atropellado con el carrito
en el que él recogía cartones.

¿Entiende usted la gravedad de estos hechos, señor?
Decía entonces la jueza, alzando la voz.
¿Acaso usted no sabe que por cosas así
usted debería estar en la cárcel?


Luego, el hombre intentaba explicar
que él creía que su mujer lo engañaba,
ya que él iba a cuidar autos por la noche
y casi nunca encontraba a su mujer de regreso.

¿Y eso le da derecho a golpearla?
Insistía la jueza.

Y el hombre tenía cara de querer decir que sí,
pero no podía,
así que al final
porque el asunto estaba guateando,
la jueza buscó en sus papeles
frases sobre la dignidad femenina,
y comenzó a exigirle a la mujer
que abandonase a aquel hombre
si se respetaba a sí misma.

¿Y pa dónde voy a ir?
Le contestaba la mujer.
Además yo no quiero eso,
yo a él lo quiero…


¡Usted no lo quiere…!
¡Usted está enferma…!

Le gritaba entonces la jueza,
y buscaba respaldo en una sicóloga
que tenía prácticamente las tetas al aire
y que le daba el favor a la jueza,
por supuesto.

Luego le recomendaron vacaciones,
o irse donde algunos parientes
para cambiar de ambiente,
pero la mujer insistía
en que no tenía a nadie
y que quería seguir con aquel hombre.

Sucedió así que poco a poco,
la mujer se fue molestando con la jueza,
y terminó casi al lado de su pareja
diciéndole con voz cada vez más alta
que ella no podía comprenderla.

¿Y qué es lo que no puedo comprender?
¿Una relación insana… una enfermedad?


No… usted no puede entender
que no tenemos nada más,
y que somos de los que reparamos las cosas
porque no tenemos pa comprarnos otras.


Decía la mujer.

Usted tiene plata y se cree mina,
pero yo no tengo ni dientes,
y a mí éste me ama así
porque tampoco puede encontrarse otra…
y cuando me pega llora en las noches
y salta cuando está dormío
y a veces hasta roba pa traerme algo bonito
pa que yo lo perdone…
¡Lo que yo creo en realidá
es que a usté nunca
la han querío así…!

Eso decía la mujer
y quién sabe qué cosas más dijo,
porque entonces sin aviso,
mientras la mujer alzaba más la voz,
se fueron a comerciales.


II.

De vuelta en el programa
sólo estaban la jueza
y la sicóloga.

Ellas hablaban sobre la enfermedad
de la mujer,
y las pocas ganas de surgir y valorarse
que tienen algunas personas hoy en día.

Incluso tuvieron un contacto telefónico
con un capitán de carabineros
quien les aclaró que no podía hacer nada
en contra de aquel hombre
si no existía una denuncia concreta.

Se olvidaron hablar eso sí,
de graves diferencias sociales,
de carencias afectivas
y de la forma de entender el amor
que se llega a tener
cuando no se tienen otras cosas…
pero claro,
debe haber sido por falta de tiempo.

Por último, una voz en off
señaló que el veredicto del caso estaba suspendido
puesto que la pareja estaba enferma
y se negaban a actuar racionalmente.

Luego comenzó una teleserie mexicana.
.

3 comentarios:

  1. no puedo evitar imaginar una mujer tan linda cuando leo "pero yo no tengo ni dientes,
    y a mí éste me ama así" y la imagen se me hablanda más cuando me entero que él a veces roba para "llevarle algo bonito pa' que la perdone".
    porque no todo es desechable, como para comprar plástico nuevo cuando el otro ya está sucio, rallado y funciona medio mal.

    a ella jamás la han querido así...
    y no la van a querer porque no lo va a entender.

    ResponderEliminar
  2. Desafortunadamente, el mundo de la mujer es tan complicado que ni ella se entiende...
    :)

    ResponderEliminar
  3. es más interesante leer un programa así que verlo... pfffffff definitivamente

    ResponderEliminar

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales