viernes, 20 de marzo de 2020

Otra más.


-Lo peor ocurrió después -dijo ella-, casi cuando anochecía… yo ya me había quedado sola y estaba un poco perdida en esas calles… Y claro… fue entonces cuando me di cuenta que me estaba siguiendo un lisiado…

-¿Te siguió un lisiado?

-Sí…-continuó ella-, ya antes había escuchado ruidos, pero fue cuando me vi sola, en aquel lugar, que me di cuenta que me seguía…

-¿Y qué hiciste entonces…? Supongo que no pudo alcanzarte, si era lisiado…

-Eso pensé al inicio… Creí que bastaría acelerar un poco para perderlo de vista, pero lo cierto es que, a pesar de venir cojeando y medio torcido, el hombre se acercaba cada vez más…

-¿Pero cómo…? ¿Tú ibas cansada o…?

-No es eso… -interrumpió-. Yo intentaba ir rápido, pero supongo que algo inconsciente en mí se apiadaba del lisiado y me hacía andar más lento… No sé cómo explicarlo, supongo que me sentía un poco culpable, por huir del lisiado… Como si fuera discriminatorio dejarlo atrás… no sé bien cómo explicarlo…

-¿Y logró alcanzarte, entonces…?

-Más que alcanzarme, al final… Me refiero a que de pronto lo sentí a dos pasos… luego a uno… y de pronto cuando pensé que me iba a detener resultó que el lisiado pasó por el lado mío y me adelantó rápidamente…

-¿Se puso delante de ti…? ¿Para detenerte, acaso…?

-No exactamente… -explicó ella-. Me pasó y siguió avanzando… sacándome distancia incluso… Fue entonces que descubrí que en realidad seguía a otra…

-¿A otra?

-Sí… Me fijé entonces que muy adelante se veía otra figura, también cojeando y algo maltrecha, que huía del lisiado que yo había pensado que me perseguía a mí…

-¿Una lisiada?

-Sí… una lisiada… una chica que iba más adelante aparentemente huyendo de este hombre…

-¿Y qué hiciste entonces…? ¿Le avisaste a alguien o…?

-No había nadie en el lugar -se excusó ella-. Quise hacerlo, pero no había nadie más en aquel lugar…

-¿Y entonces…?

-Entonces nada -dijo ella, cortando la conversación-. Simplemente me cansé y me detuve a descansar un poco… Luego los perdí de vista y, tras volver a caminar, logré llegar a mi destino…

-¿Y no volviste a verlos, más tarde…?

-En realidad no -dijo ella-. Me pareció que doblaron por una calle pequeña y no volví a preocuparme de ellos…

-Entonces no te pasó nada, a fin de cuentas.

-Casi nada –terminó ella-. Solo me pasó un lisiado que iba siguiendo a una lisiada… nada más.

-¿Nada más...?

-Exacto. Nada más.

-Fome la hueá entonces…

-Sí, puede ser -dijo ella-, otra más que no da para una historia.

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