martes, 10 de marzo de 2020

Nada especial: Diez años.


Nada especial.

Diez años, simplemente.

Y aquí andamos.

Por aquí, más bien.

Me di vueltas en esto.

Nada especial: solo vueltas.

Tal vez usted me ha visto.

Tal vez nos hemos visto y nadie sabe.

Son diez años, simplemente.

Diez años dando vueltas por aquí, como decía…

Nada especial, si soy sincero.

No sé usted.

No sé usted, pero yo estoy casi intacto…

Por ejemplo. no me he quebrado un solo hueso, en este tiempo.

Una vez, tal vez, pero fue una trizadura y ya está bien.

Un par de costillas, según recuerdo, mientras aguantaba la respiración, bajo el agua.

Nada especial, por supuesto.

Estudiaron el caso, hicieron exámenes y archivaron el asunto.

Yo mismo, de cierta forma, lo archivé.

Después de todo son diez años, me dije.

Diez años aguantando la respiración bajo el agua.

Nada especial, por supuesto.

O no tan especial, al menos.

Además, hay millones que aguantan la respiración desde hace siglos, bajo tierra.

Benditos ellos, escuché una vez decir a alguien, que pensaba en ellos.

A veces, yo también me siento en la tierra, junto a un árbol, a pensar en todos ellos.

En ellos y en nosotros, más bien.

Una vez, mientras lo hacía, encontré en la tierra, junto al árbol, un montón de monedas antiguas.

Estaban enterradas, prácticamente, a un costado del árbol.

Nada especial, digamos… solo eran monedas.

Las dejé ahí, por supuesto, por si el dueño se sacaba el cordel del cuello y bajaba a buscarlas.

No sé si lo habrá hecho, en todo caso.

Y es que no he vuelto a ese lugar, más o menos en diez años.

No sé bien por qué, ahora que lo pienso… tal vez simplemente no he tenido tiempo.

Nada especial, por supuesto… supongo que he estado haciendo otras cosas…

Dando vueltas, digamos.

Escribiendo acá, por ejemplo, a diario.

Respirando y dejando de respirar.

Nada especial… si soy sincero.

Diez años, simplemente.

Diez años exactos.

Y aquí andamos…

Por aquí, más bien.

Tal vez nos hemos visto en este tiempo.

Tal vez hemos estado cerca y no sepamos.

Nada especial, en el fondo… pero no es eso algo triste…

Benditos ellos, les contaba, que una vez oí decir a alguien.

Benditos ellos y benditos nosotros, digo yo.

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