jueves, 5 de marzo de 2020

Dos corbatas (No sé si se entiende).


Todos nos reímos porque llegó con dos corbatas. Dos corbatas puestas, me refiero, sobre el cuello de la camisa. Poco después, mientras nos burlábamos, nos percatamos que también llevaba otra camisa, debajo de la primera, y un par de pantalones sobrepuestos. Entonces se mostró tan afligido que logramos contener la risa y algunos hasta nos preocupamos realmente.

-Hace días que me levanto dos veces -nos dijo-. Suena estúpido, pero no se me ocurre otra manera de llamarlo… Al parecer, olvido que ya me he levantado, desayunado y vestido, y vuelvo a hacerlo todo, sin prestar mayor atención a mis acciones…

Después de haber dicho esto, observamos cómo se ponía a llorar, igual que un niño pequeño, sollozando de vez en cuando y con pequeñas convulsiones.

Luego de unos minutos, lo vimos sonarse con un pañuelo y calmarse un poco. Mientras lo hacía, fue hasta la máquina que expende agua gasificada y se sirvió un vaso. Entonces se acercó hasta nosotros, nuevamente afligido.

-Hace días que me levanto dos veces -nos dijo-. Suena estúpido, pero no se me ocurre otra manera de llamarlo… Al parecer, olvido que ya me he levantado, desayunado y vestido, y vuelvo a hacerlo todo, sin prestar mayor atención a mis acciones…

Nos miramos mientras hablaba y no supimos bien cómo reaccionar. Finalmente, uno de nosotros le dijo que no se preocupara, que era cosa de descuido y que a todos nos pasaba, de cierta forma.

-A mí también me ocurre -quise agregar, apoyándolo-, me levantó dos veces, me acuesto dos veces, creo y descreo, dos veces… En otras palabras: me siento sobrepuesto… una vida entera sobre otra, prácticamente…

Él me miraba, mientras le hablaba, pero no parecía escuchar.

-A mí también me ocurre -sentí necesario repetir-, me levantó dos veces, me acuesto dos veces, creo y descreo, dos veces… En otras palabras: me siento sobrepuesto… una vida entera sobre otra, prácticamente…

Fue entonces que, mientras repetía estas últimas palabras, me di cuenta que aquello que decía, era cierto.

Y dolió un poquito, el darme cuenta, pero me aguanté.

No sé si se entiende, pero me aguanté.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales