domingo, 8 de abril de 2018

Risas.


Cuando el hombre creó el reloj, Dios tuvo un ataque de risa.

Cuando el hombre habló del amor, Dios tuvo un ataque de risa.

Cuando los hombres lanzan satélites, Dios tiene un ataque de risa.

Cuando los hombres imprimen dinero, Dios tiene un ataque de risa.

Cuando los hombres lo dibujan con barba, Dios tiene un ataque de risa.

Cuando el hombre habla de la vida eterna, Dios tiene un ataque de risa.

Cuando los hombres viajan en el metro, Dios tiene un ataque de risa.

Cuando los hombres hacen horas extras, Dios tiene un ataque de risa.

Cuando los hombres combinan sus ropas, Dios tiene un ataque de risa.

Cuando los hombres lloran por sus muertos, Dios tiene un ataque de risa.

Cuando los hombres se cuelgan en sus casas, Dios tiene un ataque de risa.

Cuando los hombres hacen filas al comprar, Dios tiene un ataque de risa.

Cuando los hombres compran a crédito sus casas, Dios tiene  un ataque de risa.

Cuando los hombres compran a crédito sus tumbas, Dios tiene un ataque de risa.

Cuando los hombres se arrodillan en iglesias, Dios tiene un ataque de risa.

Cuando los hombres celebran cumpleaños, Dios tiene un ataque de risa.

Cuando los hombres escriben sobre Él, Dios tiene un ataque de risa.

Pero cuando los hombres tienen ataques de risa, Dios se pone serio como nunca.

Guarda silencio entonces y su mirada es severa.

Finalmente, cuando se cansa de mirarnos, Dios tiene nuevamente un ataque de risa.

Y ese ataque, ahora sí, que viene en serio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores

Archivo del blog

Datos personales